martes, 19 de octubre de 2010

Así Nació Italia

Durante los siglos XIV y XV la península itálica era un conglomerado de pequeños estados que para finales del siglo XV comenzaron a ser objeto de las codicias y disputas entre los Borbones de España y los Habsburgo de Austria, resultando un prolongado periodo de dominio español sobre la península, esto hasta la guerra de sucesión por un lado y a la guerra de los Siete Años por el otro, las cuales no librarían a Italia del dominio y el reparto extranjeros, solo el estado de Saboyas y el reino de Cerdeña constituían potencias a nivel europeo, ya ni Génova, ni Venecia, ni los estados pontificios significaban algo importante, solo les quedaba el recuerdo de lo que habían sido en el pasado; esta fragmentación se sumaba a su retraso económico, ya Génova y Venecia no representaban la banca que acaparaba el oro de América y el comercio de Asia ya que el eje se había transportado al Atlántico, esto consolidó a la economía agraria pero la burguesía urbana mantendría el poder que la caracterizó durante los siglos XV y XVI aunque minimizada cada vez más por la creciente importancia del campo y la perdida de influencia internacional de sus puertos mediterráneos; encontramos en la Italia del siglo XVIII una estructura dual representada por un campesinado feudal fuerte y conservador y por una burguesía urbana más dinámica e innovadora. El despotismo ilustrado intentaría reformas en algunos estados italianos pero a estas se les sumó la negación de la Iglesia, de la nobleza y de amplios sectores de la burguesía, los que truncaron en la práctica una seria de decretos e instituciones creadas con algún sentimiento de progreso y de mayor participación; sin más Italia seguiría siendo la misma hasta el advenimiento de la revolución francesa y todo lo que esta significó para los pueblos y para las burguesías, claro que con repercusiones para Italia recién a partir del siglo XIX, ya que el nacionalismo no era muy bien recibido por Italia, solo en pequeños sectores intelectuales, esto era generalizado en toda Europa, la ideología nacionalista no era más que un sentimiento romántico de algunas élites, pero la expansión napoleónica sobre la Italia septentrional formaría el reinote Italia en donde se suprimieron los privilegios de la nobleza y se combatió la influencia del clero, se expandieron los derechos del hombre y los ideales liberales sobre el pueblo italiano, estas iniciativas tuvieron el apoyo de los ilustrados y de la burguesía liberal. Luego de la derrota de Napoleón y de la posterior victoria monárquica plasmada en el Congreso de Viena se derrumbó el reino de Italia y se recompusieron las reparticiones dinásticas de Italia con la protección imperial, reprimiendo por medio de la Santa Alianza cualquier brote revolucionario, solo se mantuvieron pequeños derechos individuales como una continuación del despotismo; esta situación encontró oposición entre los patriotas y los liberales que veían con desagrado la resurrección del absolutismo y que constituyeron sociedades secretas las cuales habían surgido a principios de siglo con la masonería, sociedades que pronto tuvieron expansión por toda Italia pero que mantenían un carácter elitista que no permitía la inclusión de las masas. En 1820 estalla una revolución en el reino de las Dos Sicilias, donde el rey pide ayuda al imperio y esta es reprimida, pero la consecuencia fue la migración de los liberales quienes al influir en conjunto con las sociedades secretas de los carbonarios se produjo un gran sentimiento nacionalista que a partir de ese momento cobraría con fuerzas la idea de una Italia unida. En 1930 estalla una revuelta en Francia que ante la reacción temeraria de la Santa Alianza se multiplican las células revolucionarias a lo largo de toda Europa, ese mismo año Bélgica se separa de Holanda y Polonia se levanta contra el Zar, Italia quería reconocer a Francisco IV como jefe del movimiento por la libertad y la independencia, se quería reunir a toda Italia en una sola monarquía, para 1831 se revindican varios estados Italianos en una reacción en cadena que llegó hasta los estados pontificios, movimiento con características democráticas avanzadas, habían disputas entre unitarios y federales, no existía un único criterio para la integración, Austria estaba dispuesta a intervenir reclamando que los ducados de Módena y Parma pertenecían al imperio y que sus duques lo habían solicitado, esta actuación se realizó con gran rapidez. Esta revolución se caracteriza por la nula resistencia de los gobiernos y por la facilidad con la que Austria ejecutó la represión, esto ya que las distintas unidades revolucionarias no quisieron lanzar una contraofensiva basados en el principio de la no intervención; era la burguesía más activa y progresista y la aristocracia aburguesada la descontenta con esta situación. Muchos de los exiliados italianos se encontraban en Francia. Mazzini, gran intelectual liberal cree que las revoluciones iniciadas el 30 traerían como consecuencia el advenimiento de los estados nacionales republicanos en toda Europa, basado en una romántica idea de progreso; las revueltas iniciadas eran de grandes envergaduras pero la presencia de Austria y Francia minimizaban cualquier mayor intento de reivindicación política, el fracaso de las insurrecciones trajeron consecuencias negativas para el movimiento patriótico, el cual se vio dividido. El desarrollo económico producido entre 1821 y 1846 trajo un gran número de proletarios industriales en el norte de Italia y la expansión de numerosas doctrinas e ideologías de todo tipo en cuanto a la integración nacional, desde los burgueses a los proletarios, desde los laicos a los ultra católicos. En 1847 las presiones populares lograron dos grandes concesiones, la creación del Consejo de Ministros y de los Cuerpos de la Guardia Cívica.

1846; la elección del Papa Pío IX abre un periodo de reformas en los estados pontificios.

1847; el Papa, el gran duque de Toscaza y el rey de Piamonte-Cerdeña crean la liga aduanera italiana.

1848; levantamientos anti-austriacos en Venecia y Milán, en Parma y Módena se constituyen gobiernos provisionales y en Florencia, Toscaza, Roma y Turín se proclaman constituciones, se provoca la guerra contra Austria de la cual los italianos salen derrotados.

1849; Ante la presión de los liberales el Papa abandona Roma y Mazzini proclama la república romana, los austriacos recuperan Venecia y los franceses toman Roma y restauran los estados pontificios.

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