jueves, 10 de enero de 2008

Relación entre delincuencia y sistema penal.


Si la construcción de nuevos centros carcelarios no representa una solución al problema de sobrepoblación entonces el problema estaría en la cantidad de personas condenadas por la justicia; es claro que el problema no es únicamente la sobrepoblación sino que también y por sobre todo las condiciones insalubres y la falta de metodologías eficaces para lograr una reinserción social, es cierto también que estos fenómenos no pueden ser independientes y que para el logro de una mayor eficacia en los métodos de reinserción social no basta con unos nuevos modelos si estos no son acompañados por la creación de espacios mínimos vitales para el desarrollo y más aún para el tratamiento de la persona humana. Si las cárceles realmente lograran su objetivo de seguro sería cada vez menos el número de condenados ya que muchos han sido puesto en libertad para luego volver a ser condenados, por otro lado creo que una ley que castigue menos tal vez solucionaría el problema de sobrepoblación, pero no el de reinserción social y mucho menos el de seguridad ciudadana; esto por la simple razón de que si disminuye la amenaza por consiguiente aumentarán el número de delitos, poniendo en peligro y en condiciones de inseguridad a la sociedad toda. Sin duda es un tema complejo y que debe ser encarado de forma seria y responsable dando como resultado el logro y el cumplimiento de las normas constitucionales y de los pactos humanitarios internacionales. Claramente los recursos necesarios para poner en práctica una justicia transparente y digna pueden no encontrarse en su totalidad pero es necesario crearlos a base de recaudación fiscal pero lamentablemente los recursos exceden lo puramente económico; el sistema carcelario responde a un problema institucional mas amplio en donde la ignorancia, la impunidad, la corrupción y la falta de voluntad política son característicos del mantenimiento o del maquillaje ya no solo de la justicia y su sistema de sanciones, sino que y esencialmente de la falta de conocimientos por parte de los funcionarios de las instituciones que llevan a cabo los procesos y de la sociedad toda que no conoce los mecanismos que son y menos los que deberían ser. También nos encontramos con el problema de la contradicción entre un cumplimiento de las normas constitucionales e internacionales del debido proceso y la disminución de la prisión preventiva y sus alargados tiempos de duración; otro problema es la saturación de los tribunales de justicia que agrava el problema y la falta de consenso en torno a las prioridades y a las medidas concretas para solucionar estas importantísimas cuestiones. Sin duda como se ha visto han surgido medidas legales progresistas en esta materia pero lamentablemente han estado acompañadas de una falta de reglamentación y de efectividad; se necesita de una mayor presión por parte de la sociedad civil y de la comunidad internacional y esto solo será posible con un aumento de la información y de la publicidad en torno a estos temas, asunto vedado por las mismas victimas por un lado y por las instancias responsables de su tutela por el otro, encontrándonos de este modo con un conflicto cíclico que parece no tener salida, sumado todo esto al desinterés y a la falta de seriedad con que las autoridades asumen el problema. Creo que es la falta de adecuada capacitación de los funcionarios penitenciarios, la falta de presión concreta sobre el gobierno, la falta de conciencia general de que este es un problema humanitario de igual jerarquía que cualquier otro y que tiene fuertes implicancias y costos en la sociedad y en el estado. No por tratarse de personas privadas de su libertad por la justicia no merecen las mismas consideraciones que cualquier otra persona en carácter de ser humano; es sin duda este otro problema que descansa en parte en una cultura de la discriminación que aplica desde abajo como desde arriba. No por ser conflictos puertas adentro (cárceles) tienen menos implicancias negativas puertas afuera, todo lo contrario es dentro de estas puertas donde se debería construir y asegurar la seguridad de la sociedad toda.

Con el caso de la cárcel de Brasil nos damos cuenta que este es un problema regional, en el cual las mismas violaciones de los derechos humanos, los mismos responsables y las mismas reacciones gubernamentales identifican al problema más allá de las fronteras nacionales mereciendo un trato coordinado y en conjunto o al menos un estudio mas profundo de las causas y de sus eventuales y reales soluciones; esto debido a que es explícito que no son regímenes legales nacionales los determinantes de las faltas y si lo son estos responden a criterios o realidades que están de igual forma en ambos países y por lo tanto la solución de raíz al mismo escapa a la legalidad de los estados soberanos, son circunstancias estructurales comunes y determinantes las que están manteniendo un statu quo y las que merecen un exhaustivo análisis; así como los gobiernos de facto, las crisis económicas y las masivas violaciones a los derechos humanos han sido procesos paralelos, sincrónicos y regionales que han respondido a coyunturas internacionales ya bien sabidas como el consenso de Washington, la guerra fría y las relaciones de interdependencia es también la situación inhumana de los reclusos y las lamentables deficiencias en los sistemas penales y penitenciarios una cuestión regional que responde a una configuración interestatal que como tal precisa de atención global. Es indiscutible el rol de los organismos del sistema interamericano y de las ong´s pero es deficiente la información con la que se cuenta, no hay acuerdos y se desconocen las causas profundas a dichos agravios; ya es conocida la mafia que opera entre los funcionarios penitenciarios y los mismos reclusos, la anarquía existente dentro de los establecimientos, la imposibilidad de acceso a dichos establecimientos por parte de los jueces y fiscales encargados del control e inspección sumada al desinterés no solo de ellos sino que también de los legisladores y de la sociedad toda; creo que la ignorancia fundada en discriminación y prejuicios son la base del problema; es necesario crear medidas, soluciones concretas, basadas en la igualdad jurídica e incluso en la mayor consideración ética por tratarse de personas que han sido excluidas del sistema, han tenido una mala educación y necesitan de apoyo colectivo para lograr la reinserción social y llegar a ser así útiles y no hostiles, por esto es necesario hacerles sentir útiles y no hostiles y menos que el resto de las personas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

por que te referis a la encarcelacion de delincuentes como un problema de sobrepoblacion?