jueves, 16 de agosto de 2007

Pensamientos de política mundial


El mundo no pertenece a los "Estados" como estos dicen y afirman serlo "soberanos", ni a los humanos que viven en los mismos "naciones", en realidad no pertenece a nadie, o de otra forma pertenece a todos y al todo; en el caso humano sí podemos hacer uso de el, siempre con conciencia de que el mismo esta vivo y que será hogar de las próximas generaciones, vivo como todo lo que pertenece a la existencia, claro que cada ente con su distintiva forma y temporalidad, y desde esta premisa sabremos que si lo dañamos el responderá como ya lo está haciendo, porque por suerte la vida no es debil ni un fenómeno aislado, todo lo contrario, es muy común y persistente, pero la alteración a la Tierra es amenazante por ser constante y progresiva. La única responsabilidad sobre los males contra el planeta y contra nosotros mismos no es algo ajeno a nosotros, ni mucho menos es algo que tenemos que admitir o dejar pasar como si fuese parte de nuestra naturaleza o consecuencia de un pecado original, pues atenta contra ella, contra la naturaleza y desde la visión del "pecado", que me parece totalmente obsoleta, somos nosotros mismos los que pecamos y desde esta forma nosotros somos los que podemos dejar de "pecar"; si podemos hacer el mal y la guerra, pues podemos hacer el bien y la paz; entendida esta última como la educación para la misma, su transmisión, como forma de relación, no como forma de estado, ya que este es el del cambio, el de la constante transformación y evolución, alimentada por la contradicción, por la tensión movilizadora y creadora, renovadora, no destructora, sinó reemplazante; a la misma hago mención en "un sentido" y su origen se remonta a Grecia y en la modernidad a la dieláctica de Hegel y materializada por Marx. La guerra puede ser buena si se reconceptualiza, si se entiende como acciones en contra del mal y de sus instituciones, en contra de la ignorancia, la violencia y la injusticia, ya no más contra nosotros mismos, contra los más débiles y contra nuestro hogar "el mundo"; que no es solo de nosotros, sino de los que vivirán en el y de todos los entes vivos que lo conforman, quienes posibilitan nuestra existencia; lo nuevo y fundamental de este nuevo significado que debemos darle a la guerra es que no utiliza a la violencia, sino que la ataca, utiliza la inteligencia, las refutaciónes de los falsos paradigmas, las estrategias, las comunicaciones, el altruismo, la educación de los valores para entender que las ganancias absolutas solo son posibles si logramos la integración y la satisfacción de todos y que todo esto es posible si reemplazamos al estado soberano por el estado humano, el que no reconoce fronteras, el que une a la humanidad toda; así entendemos que lo malo del mundo es humano, porque es el hombre el que le da el valor, el contenido y el significado a lo malo y al mundo, siendo así lo malo no exterior al hombre; el lenjuaje es cultura, como también lo son las mas exactas verdades de la ciencia, toda verdad y conocimiento es en definitiva una construcción social, lo que no significa que toda expresión cultural tenga el mismo significado; un ejemplo de esto, contrario al pensamiento postmoderno, son las diferencias entre verdades y creencias, pues el conocimiento si bien no es atemporal o estanco, en su gran mayoría, este intenta aproximarse a la realidad, la cual tampoco es estanca; intenta describirla, crear acuerdos, códigos entre nosotros, los humanos, instituciones, verdades que no siempre se identifican con la realidad misma, pero al menos lo intentan y este intento es la gran diferencia con las creencias, para las cuales no es necesario la observación empírica, el análisis crítico, las inferencias y por sobre todo y esto, convengamos, es lo que le da el valor a la verdad y la hace como tal, es el consenso, la homologación de observaciones colectivas; por lo general, las de la comunidad científica, ya que una verdad individual sería una creencia; lo que no significa que es de menor jerarquía, más bien es una face primaria y originaria de la misma verdad, necesaria durante toda su vida, es la que le da la fuerza y por que no, hasta su correspondencia empírica. La fe es creencia, la verdad es creencia y algo más, es lo que he intentado de inferir en estas líneas, que el antagonismo entre verdad y creencia no es legítimo, que la verdad tiene una función distinta a la de la creencia y ambas son necesarias e interdependientes; si existe una verdad de la creencia es importante destacar que la verdad en sí, es decir su naturaleza distintiva, lo que la hace verdad y no otra cosa, es el consenso, el cual es producto de un debate colectivo, en el cual la multiplicidad de discursos juegan un rol nutritivo para la deliberación final o verdad o código o institución, la cual si es producto de un debate genuino habrá sido contruida por las coincidencias discursivas, consecuentes de una contrastación empírica teñida claro de ideologías, valores y motivaciones persuasivas; la creencia si puede ser persuasiva, pero no es su regla, de hacho su regla suele ser la tolerancia y la subjetividad, una creencia cuando es persuasiva es cuando intenta ser verdad; la creencia para ser creencia no necesita de contrastaciones y de acciones persuasivas, si de fe; es importante ver los grises entre verdad y creencia, a estos no los llamaría grises, si no procesos de transformación de uno a otro. La ideología en la verdad no es algo nagativo o algo de lo cual debemos prescindir, ya que si es resultado de una valoracion colectiva y genuinamente democrática no tendría ninguna consecuancia indeseada de la cual no seamos responsables, de lo que debenos prescindir es de la validación oligarquica, la cual paradójicamente trae tras su eliminación una mayor aproximación a la realidad positiva, a aquella menos teñida de ideologías sectoriales, debido a que todos participamos en ella. Cuando dije que las verdades no son estancas y atemporales, en su mayoría, me refería a que si hay jerarquía dentro de las verdades, puesto a que hay unas que han vivido más que otras, lo que les dá mayor prestigio y utilidad predictiva que otras, hay unas que son universales, otras que su objeto no es la universalidad, si no la particularidad; una verdad tiene límites de tiempo y espacio y si cumple en este sentido es válida, las universales y atemporales son las que tienen que ser válidas en todas partes y en todo tiempo, también están las absolutas y las dependientes, las categóricas y las teleológicas, las axiológicas y las ontológicas; pero lo que nunca se debe decir de una verdad es que es relativa, puesto que esta característica es de las creencias; también dentro de estas clases de verdades existen tipos, los cuales se diferencian por el objeto; así distinguimos entre las verdades cósmicas, las mundiales, las culturales y las netamente humanas; las primeras son las que abarcan todo el espectro sensible, las segundas las que solo lo hacen dentro del planeta Tierra, las terceras son las inerentes a las culturas particulares, a sus tratatos constitutivos, las últimas, humanas netamente, ya que todas son creación humanas, pero estas son humanas para entender lo humano, las de relación homóloga entre sujeto y objeto o llamadas también ciencias humanas y sociales, a las que le adjunto las referias a la naturaleza física y biológica del hombre, como la medicina; son justamente las de la psicología, la sociología, la política, la antropología, el derecho, la etica, la moral, las artes y espero no estar dejando otra fuera, bueno las relaciones internacionales son una disciplina científica y su objeto son las relaciones humanas en un sentido tan amplio como interdisciplinario, trabajando así con todas las ciencias humanas en su conjunto, intentando desifrar la lógica que permite la integración y la relación humana y científica, por lo general es situada en un nivel interparadigmático y así deben haber muchas otras ciencias contemporáneas; sin desviarnos demasiado, la prueba tangible a esta clasificación de la verdad es la siguente:
Verdad cósmica: "La existencia de materia en el universo" (absoluta y atemporal). "El big-bang como origen del universo" (temporal y dependiente)
Verdad mundial: "La existencia de gravedad" (absoluta y atemporal). "La pobreza en África" (temporal y dependiente)
Verdad cultural: "El significado de la muerte" (temporal y dependiente).
Verdad netamente humana: "El hombre necesita comer para vivir" (absoluta y atemporal). "El hombre necesita del petróleo" (temporal y dependiente)
En la anterior clasificación es importante destacar que las verdades culturales nunca son atemporales y absolutas y que cuando nos referimos a estas características presentes en algunas verdades, en las otras que no son culturales, hacemos referencia a una atemporalidad inmanente, ya que no nos debemos olvidar que son los humanos los que las crean y existe una atemporalidad dentro de la temporalidad de la existencia humana y es a esta a la que se hace referencia, la cual claramente no esta presente en las verdades culturales que dependen de circunstancias y coyunturas de tiempos históricos determinados, dentro de los cuales podemos nombrar al desarrollo cienfífico entre algunos de los determinantes y ejemplos de estas verdades. por otro lado decimos temporalidad humana de una forma especulativa, ya que nadie sabe si realmente existe un momento originario de la especie humana en el cosmos, si hay teorías del origen del hombre en la Tierra, pero si se han descubierto bacterias en otros planetas por que no humanos en algún otro lejano, o tal vez no tanto; Así como no se puede hablar con certeza del origen humano tampoco lo podemos hacer de su fin; he aquí la ambiguedad de la temporalidad. De este mismo modo si podemos decir que existen verdades distintas entre las distintas culturas y que estas se han transformado con el paso del tiempo. La política ha existido desde que tenemos registros del hombre, por lo cual es una característica cultural y escencial del hombre, siendo la misma una verdad atemporal y absoluta, pero no debemos integrarla dentro de la verdades culturales por el hecho de ser una expresión cultural, al igual que todo lo hecho por el hombre, si no más bien dentro de las netamente humanas por ser exclusiva del hombre o tal vez de las mundiales y hasta de las cosmicas, ya que no sabemos si la organización de las hormigas o la de las abejas no es política o si existe política entre los astros, lo que si podemos asegurar que la politica no reconocer fronteras culturales, esta es la cualidad que la hace no ser una verdad cultural, el hecho de no limitarse a una cultura particular. Dentro de la política lo que son verdades culturales son las formas de realizarla, estas si han sido temporales y dependientes, las formas de estado y gobierno; encontramos así a la monarquía, la aristocracia, la democracia, el autarquísmo, el absolutismo, la oligarquía, la tiranía, la demagogia, el federalismo, al unitarismo, el internacionalismo, el confederalismo, etc, etc
Podemos dar muchísimos ejemplos de las distintas ciencias, hasta de la moral, la que según el positivismo no es ciencia, así dentro de esta encontramos los juicios de valor, tanto culturales como mundiales, en cuanto al daño, a la ignorancia y al conocimiento, a la libertad y a la igualdad, a la felicidad y a la solidaridad, al egoísmo y a la tolerancia, a la verdad y a la mentira, a la creencia y al carisma, a la revolución y a la democracia, al progreso y al retroceso, a lo util y a los prejuicios, al bien y al mal. La etica como cualquier ciencia se diferencia de la moral, de las creencias y de los prejuicios; la moral son juicios, razones, verdades, es decir que son resoluciones colectivas.
Lo externo a nuestro ser, el ámbito que nos permite conocernos, el lugar físico común que compartimos, lo que nos permite la vida y las relaciones es la realidad, lo que el pensamiento posmoderno dice no existir o existir en pluralidad y lo que el positivismo ingenuo dice conocer y observar de una forma exacta y precisa; en verdad ya sabemos que existe y que es una sola, si existen pluralidad de interpretaciones, creencias y verdades de esta realidad, las cuales son constitutivas de la ciencia, lo cual es un golpe para el positivismo inmoral; también tenemos el conocimiento positivo del hecho de que la misma existe, de que es tangible y de que tiene sus leyes naturales constitutivas.

La tecnología de las comunicaciones nos permiten relacionarnos y conocernos pese a las grandes distancias, reduciendo a cero el tiempo estimado." La globalización", como la palabra lo dice, ha traspasado "lo bueno" y "lo malo" de todos a todas partes, potenciando a las localidades más remotas, creando la necesidad de "integrarnos" en bloques regionales. Está cambiando la naturaleza jurídica-nacional. Por un lado, se les concede mayor autonomía a las localidades y por otro se construyen y delega soberanía a "supranacionales", los cuales recién están apareciendo y depende de nosotros su correcta construcción; emergen distintas formas de representación y participación transnacionales, una "opinión pública internacional". De esta forma pierden poder de movilidad y acción los "Estados", se ven obligados a relacionarse, a crear acuerdos y consensos entre ellos y con otros nuevos actores, existen "nuevas problemáticas" que traspasan sus fronteras y que los afectan cada día mas, creando, todo esto como resultado, una "transformación" del sistema político mundial, la transición entre el sistema interestatal por uno global, integrado, donde los derechos y obligaciones no respetan fronteras, donde se crea una "identidad mundial", ya no nacional, es aquí la razón por la cual existe en "nuestra generación" ese sentimiento creciente de "alienación" con respecto a los sistemas "políticos" y consecuentemente con el sistema "social" y hasta "cultural", ese exacerbado escepticismo, ya que los sistemas dejaron de representarnos, y no hay otro lo suficientemente sólido de cual arraigarnos, he aquí nuestra gran importancia, la responsabilidad que nos ha tocado vivir, la de construir este nuevo sistema, de dotarlo de fuerza, transmitiendo y reforzando el "cosmopolitismo", aquella "identidad mundial" que tiene como fin unirnos en lo común y reforzar nuestras diferencias, haciendo del mundo un rico mosaico hecho del mismo material, donde el "medio ambiente", los "derechos humanos", no solo los fundamentales, sino todos aquellos necesarios para nuestras vidas, como lo son la "salud", la "educación", la "alimentación", la "seguridad", la "libertad" y todos aquellos que les parezcan importantes para la "humanidad en su conjunto". Esta es la dosis que le hace falta a nuestras "raras identidades" y es esta la razón, la falta de "identidad mundial", la que no ha permitido la construcción de una "institucionalidad" que asegure tales demandas.
La Organización Internacional de las Naciones Unidas es la institución que más se acerca a este "ideal", pensado por primera vez por Kant, pero lamentablemente está muy lejos de serlo, los "Estados" siguen siendo "soberanos", cosa que hace a la "institución ficticia", la hace una oficina más de los mismos, a pesar de tener personalidad jurídica propia, la misma es contradictoria con el carácter jurídico soberano de los Estados, los cuales se sobreponen a la misma y no la misma sobre los Estados, como debería serlo, téngase en cuanta que pese a esto es mejor de lo que fue su precedente, la Sociedad o Liga de Naciones, primer intento de abatir la anarquía internacional. No adjudico esta falencia al equilibrio de poder, o a las grandes potencias, sino que justamente a la falta de "identidad cosmopolita" de las sociedades, que sea como sea están detrás de todos y cada uno de los Estados, y más aún de los "democráticos", que son ya la mayoría y por este mismo hecho son los Estados, "la voluntad de sus pueblos"; son sus pueblos los que tienen que sentirse más que parte de una nación, "parte del mundo y de su localidad", de forma horizontal, reforzando un papel económico trasnacional, más competitivo, abierto a la globalización y reforzando el papel unico y auténtico de cada uno desde su origen local; esto trae consigo una desigualdad, pero la misma es producto de los roles y las autenticidades, no de las injusticias. Hasta en las más grandes potencias son sus pueblos las que las habitan y el gran error de estos ha sido revolucionarse "nacionalmente", no "internacionalmente", o buscar el beneficio individual o nacional, lo que ha producido que en muchos casos lo logren, pero lamentablemente no es duradero ya que terminan afectados por el resto, quérase o no somos todos interdependientes, el mal de uno afecta a otro. Los sueños nacionalistas o populistas de un pueblo son derrocados, ya que se inmiscuyen otros Estados, para evitar los levantamientos, para mantener sus ganancias, al statu quo, apoyados por sectores egoístas que no quieren perder poder y que solo les preocupa su placer individual, personas que piensan que la felicidad está en tener más para si mismos y no entienden que la felicidad esta en el bien de todos, ya que por mucho que se aislen son parte del mundo y viven en el, por lo que la infelicidad, el odio y la injusticia de otros queranlo o no les afecta y les seguirá afectando, un ejemplo de ello es la inseguridad y las nuevas guerras de Kaldor, entre ellas el terrorismo, estas personas, egoístas engañados, solo van destruyendo todo lo que se les cruce que esté en contra de sus intereses, utilizando todo de forma desmedida, abusando y creando guerras, buscando y creando "falsas ideologías", apoyándose en "subjetividades" y en "instituciones ficticias", dialécticas sin bases, para controlar al pueblo, engañandolos, coartándoles el verdadero conocimiento, dominándolos, es por esto que buscan "pretextos" y se "arman", porque nos tienen "miedo", saben que juegan con la mentira y que la "verdad las acecha", que el "conocimiento" crece y crece y que su ultima herramienta "el Estado" se les está "venciendo".
La revolución francesa tuvo un "carácter internacional", porque la misma fue expandida en las guerras napoleónicas, es por esto que nuestra revolución, no violenta, tiene que "traspasar las fronteras", donde la prioridad es la educación de todos los que nos rodean, ya que no somos nosotros mismos los únicos que somos importantes, "son todos" y la "unión es fuerza".
Lo importante que hay que saber es que sea como sea el todo es más que la suma de las partes, y más aún que cada parte, esto quiere decir que por mucho que intentemos dominar, negar y erosionar la naturaleza esta es más poderosa que nosotros y hasta más inteligente, ya que de algún modo nos enseñará, cosa que hace constantemente, de forma gradual o a veces repentina, cual es nuestra posición en la existencia, nuestro alcance. El problema viene cuando no la queremos escuchar y nos dejamos invadir por el consumismo, el materialismo, el superficialismo, el individualismo, el nacionalismo, la indiferencia, la drogadicción (el exceso de drogas), la envidia, el antropocentrismo, el dogmatismo, el escepticismo etc, etc. "Tenemos que tomar una actitud firme, es la hora de hacerlo, es responsabilidad de todos, es el momento para hacerlo".

Renato E. salvo T.

1 comentario:

Luis E. Santana dijo...

En realidad valdría la pena identificar que significa el concepto "Clásico" de la economía, ya que ciertamente, lo que actualmente (en los paises occidentales y con una economía social de mercado o liberal) estamos hablando, no es aquello que Smith, Malthus o Ricardo plantearon en sus momentos. Si bien los fundamentos se mantienen, sobre todo en lo relativo a la definición de conceptos, hay desarrollos teoricos que permiten dar cuenta de los fenómenos e interacciones que se producen en economía... y que no sólo se reducen a los puneteados en el texto. Punto 1, sería muy dificil negar, o a treverse a negar mas allá de la filosofía que los recursos planetarios son esasos, está claro frente a la degradación ambiental actual que estos no tienen una capacidad infinita de renovación, por lo tanto los seres que vivimos en este planeta debemos compartir estos recursos finitos. Podemos agregar conceptos como colaboración, solidaridad, compartir, pero nada de eso elimina el hecho de que los recursos, si son límitados. Punto 2, Que las necesidades son ilimitadas y van en aumento, sin querer entrar en la plena discusión de si es cierto o no, sería bueno agragar un poco de teoría psicologica a la discusión. Nuestra sociedad, es una sociedad neurótica, un neurotico, en una de sus formas simples de explicar, es quien tiende a complementar su vida, a buscar certezas por medio de elementos externos, lo más obvio son las leyes y reglas. Seguir una regla sólo porque es regla es el ejemplo más clásico de la neurosis (y casi todos los hacemos), pero nuestra sociedad necesita ser neurotica para ordenar a miles de millones de personas...bueno, como cada uno de nosotros es neurotico (o la mayoría de nosotros), entonces necesitamos "elementos" externos que nos den certezas, tendemos a consumir más allá de lo que de alguna forma podría ser "objetivamente necesario", porque no estamos complementando una necesidad objetiva, sino que nos estamos complementando a nosotros mismos, a nuestra psiquis. Esto mismo explica el punto 4, 5 y 6. Como somos neuróticos, o sea nos falta algo, el liberalismo nos ofrece muchas ilusiones de como poder suplirnos en nuestro espacio vacío, por eso consumimos. Y por compramos productos light (porque asi seremos sanos), compramos tecnología (porque seremos modernos) comemos en lugares caros (porque nos hace ser elegantes) compramos productos de belleza (para ser jovenes y eternos)...O sea, como nadie siente que ES...entonces necesita comprar algo que le permita ser. Y aqui entro al punto 3. Qué es lo que fija los precios, ¿es sólo la sumatoria del costo de capital y esas parafernalias?..claramente no. Si hay algun producto que ya nadie quiere porque ya no siginifica nada lo que te ofrece...ya no tiene ningun valor, independiente del valor "objetivo" del producto. Tomemos como ejemplo un disco de AXE que en su momento pudo costar 20 dolares. Esto porque el disco nos permitía ser Cool, sin embargo ya no lo es, y el mismo disco que costó 20dolares, hoy puede costar 3....o sea, parece que el precio no es taaan dependiente del producto objetivo, ni de los factores productivos involucrados en el), sino más bien del valor subjetivo atribuido al producto.