jueves, 16 de agosto de 2007

Un sentido


El sentido de la vida es el horizonte, el rumbo, la dirrección que tomamos cada uno de nosotros para desarrollarnos en la existencia; son las preferencias, los gustos, los deseos y las herramientas que utilizamos para reordenar e intervenir en la naturaleza dada, la cual incluso hasta se mezcla con estas ideas subjetivas para crear cultura y significación humana. La ciencia, la filosofía, la política, la estética y las artes comparten paradigmas éticos y morales con respecto a cuales son los sentidos, los fines y los por qué de estas actividades.
Es el por qué de vivir la vida tal vez la pregunta indicada para encontrarle un sentido a la misma, ya que solo teniendo claro que es lo mas importante en mi vida podré planificar el camino mas indicado para alcanzarlo, este camino más que el corto plazo debe asegurar su estabilidad y permanencia; mi seguridad; para que nada externo o interno lo desestabilize. Para que exista una armonía entre lo interno y lo decidido lo fundamental es la máxima homologación entre lo sentido, deseado y razonado con lo determinado a concretar en la realidad, es un llamado a la liberalización de mis ideas e interrogantes mas profundas de mi ser. Para que exista una armonía entre lo decidido y lo externo debe ser bien recibida la acción tomada por el resto de la sociedad competente y no dañar irreversiblemente al entorno, esto solo es posible si dicha determinación personal tiene la gracia de ser considerada como producente, fructífera y buena en si misma, para mi y para el todo; por la simple razón que nada en cuanto a mi autorealización es posible sin su lugar e interacción, en y con, el resto de la sociedad y la existencia. En este proceso cobra gran relevancia la justificación y los razonamientos de por qué esto es bueno, ya que de no serlo dificilmente podrá ser aprobado por la comunidad, lo que dejaría como unica opción de aplicación a la imposición, la cual es inestable e insegura. No representa la verdadera voluntad común y a la real integración. Es ficticia. La otra forma sería mantenerlo oculto, disfrazado, lo que causa inseguridad, paranoia y el uso de caretas; manteniendo el deseo prisionero por la sociedad, siendo que de ser bien fundamentado y justificado no debería por que ser rechazado, a no ser que de verdad lo que se quiera sea algo malo, algo que causa un daño injustificado.
Esto presupone que existen axiomas comunes entre las personas y entre las naciones, como principios eticos y de derecho, nacional e internacional; ninguna cultura pudo realizarse independiente y autónoma de las otras; así como dice la física moderna, nada existe soberanamente, ya que las partes de la realidad son el producto de las mismas interacciones dinámicas y complejas que practican y que se han practicado entre ellas. Es decir que nada nacional será seguro y verdadero si no tiene su homologación internacional y su homologación con su interior, el mismo pueblo. La misma regla para el individuo, para concretar su idea y encontrarle sentido a la vida, no importa los resultados inmediatos e identicos al ideal, ya que lo esencial es que nazca de la sincera voluntad de los sentimientos, deseos y razónes, que sea entendida y aceptada por la sociedad, esto es el verdadero resultado, el de la conciencia de lo verdadero, de lo sincero, y solo para ser así tiene que representar al bien, a lo que no causará daño ni costos sin un elevado beneficio para todos. El bien que significa lo bueno para ti y para mi, que a su vez es lo realmente deseado, lo que siempre sentimos y lo que nuestra mente nos dice; de ser así estaríamos creando algo verdadero.
La tensión existente entre los dos polos de la existencia, el objetivo y el subjetivo, en otras palabras entre lo que pienso y ente lo que existe, es lo que permite que ese mundo real y objetivo se transforme y complemente, que no sea estático, la dinámica es producida por el choque entre la externalización de nuestros pensamientos en actos y el impacto de esto sobre un mundo y una sociedad dada, una cultura. Esta tensión, que es la que se traduce como energía movilizadora y renovante es entendida como la divinidad y es practicada cuando buscamos externalizar el máximo de ideales en el mundo. Cuando mas perseguimos esta actividad divina es cuando más nos sentimos felices y cuando verdaderamente progresamos, es esta actividad distintiva la que nos hace seres humanos como especie única y no la existencia de la razón en si; la verificación y la búsqueda de justificaciones a nuestras ideas para crear normas y conductas establecidas y significantes de lo que en el fondo sentimos. Lo que paradójicamente a ido contruyendo unidades políticas cada vez mas grandes, normas, límites y hasta prohibicion de la violencia; esto último requiere de un nuevo tema, sobre el para qué y el sentido del monopolio legítimo del uso de las fuerzas, sobre el antagonísmo en el análisis histórico entre poder y derecho, política y violencia, aunque uno de alguna forma legitime al otro. Sobre el sentido de la cultura.

Renato E. Salvo T.

1 comentario:

Unknown dijo...

me encantooo!! xq pensamos tan parecido si crecimos en dos culturas tan diferentes y divida por montañas!, otro paradigma del mundo y el pensamiento que no conoce de divisiones, otra prueba de que el fin sincero siempre es lo bueno, allá y acá, y en todo el mundo. muy bueno te felicito