martes, 19 de octubre de 2010

¿JURIDICAMENTE HAY ANARQUÍA O JERARQUÍA INTERNACIONAL?




Un intento por jerarquizar las normativas internacionales solo puede ser efectivo mediante un Imperio del poder, las normas imperativas solo cuentas con el poder efectivo de cada estado para su garantía, por esto se dice que no hay jerarquía en las normas internacionales, aunque si hay jerarquía en el poder de los estados. Las normas imperativas representan el anhelo de una comunidad en el ceno de una sociedad naciente, la sociedad internacional. La prohibición de la agresión y del genocidio, la discriminación racial y la esclavitud, la libre determinación de los pueblos y la protección de los derechos humanos, son algunos casos de normas imperativas, las que tienen carácter de erga omnes, es decir normas consuetudinarias del derecho internacional general.



Si analizamos el sistema normativo internacional general advenido con mayor fuerza tras la Segunda Guerra Mundial advertiremos en la jerarquía de este. En la Carta de las Naciones Unidas, en sus principios enumerados en el Primer Capítulo se afirma la igualdad jurídica y soberana de los estados, la buena fe, se comprometen al arreglo pacífico de controversias, renuncian a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial y política de los estados, se comprometen a cooperar y a la seguridad colectiva, acuerdan imponer las normativas de la Carta pese a la falta de consentimiento a esta, establecen un irrestricto límite a la actividad de la organización frente a los asuntos esencialmente internos de los estados, pero este principio cede frente a las normativas del Capítulo Siete, en el cual se establece un monopolio del uso de las fuerzas coercitivas internacionales, el Consejo de Seguridad, ostentado este por una verdadera oligarquía global, constituida por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, organismo que se atribuye el poder coercitivo internacional, con el fundamento de una institución de características universales.



Se puede afirmar que el advenimiento de los regionalismos ha conocido un impulso con la constitución de las Naciones Unidas, la que se esfuerza por que los conflictos internacionales se resuelvan siempre en el marco de la voluntad de sus interesados, en la competencia de sus jurisdicciones soberanas, siempre que se desarrollen por medios pacíficos, ya que una situación susceptible de amenazar o quebrantar la paz y seguridad internacionales abre la competencia del Consejo de Seguridad para incluso utilizar organizaciones y recursos regionales para sus empresas de mantenimiento y restauración de la paz, para ello cuenta con los recursos nacionales de seguridad establecidos por convenios especiales, cuenta con el Estado Mayor, un organismo parte del Consejo, conformado por las más altas jerarquías militares internas de los miembros permanentes del Consejo. Sus funciones están íntimamente relacionadas con la parte armamentista y estratégica militar.



En cuanto a la cooperación internacional en materia económica y social, las Naciones Unidas constituyeron al Consejo Económico y Social, bajo autoridad de la Asamblea General y en servicio del Consejo de Seguridad, fueros competentes por la Carta para conocer, establecer y ejecutar políticas dirigidas al aumento de los niveles de vida, al mantenimiento de las fuentes laborales, a la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, sanitario, educativo, cultural y otros asuntos conexos, competencias fundamentadas con el deber primordial de alcanzar una máxima cooperación en estos temas, con el fin de proteger y consagrar derechos humanos universales, sin discriminación por motivos de raza, sexo, idioma o religión.



Los organismos especializados son los que existen por fuera de la Organización o creadas posteriormente a la constitución de esta, en tanto sus competencias sean idénticas o estén relacionadas con las de la Organización, por esto los estados no se encuentran capacitados jurídicamente para ejercer políticas autónomas, alejadas de los propósitos y principios de la Organización, entonces instituciones básicas internas como la economía, los derechos individuales, las instituciones sanitarias y culturales, que eran propia de las comunidades soberanas, ahora son revisadas por instancias supranacionales, con la competencia para ejecutar sus políticas, pero con falta de capacidad de facto para ello. Recordemos que la Asamblea General no emite resoluciones vinculantes per se.



El Consejo Económico y Social estudia, informa y recomienda a toda la comunidad internacional, somete a la Asamblea General y celebra Conferencias Internacionales, además de crear acuerdos de cooperación y comisiones especiales, siempre en el marco de sus competencias y con el fin del progreso de los derechos humanos y su materialización tanto en los ordenamientos jurídicos como en los hechos al interior de los estados.



El régimen de administración fiduciaria se estableció con el fin de consagrar el respeto por los derechos individuales e intereses colectivos de los pueblos sometidos a mandatos, colonias y territorios sin gobierno propio, entregados por voluntad de los estados a la Organización o sean partes de las jurisdicciones de los estados vencidos, sean todos aquellos identificados como pueblos bajo dominio político por potencias metropolitanas extranjeras, siempre y cuando no estén comprometidas con el régimen de territorios no autónomos. El régimen estableció un Consejo para informar, vigilar y recomendar acerca de los territorios y con la autoridad administradora, crea acuerdos con esta y con el resto del sistema de la Organización o sus miembros para ejecutar su política de emancipación de pueblos, el cual fue suprimido en 1994 por haber cumplido y finalizado su cometido, la descolonización del mundo no estratégico.



La Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, órgano judicial principal de las Naciones Unidas, de la cual todos sus miembros son ipso facto partes en su Estatuto, al cual también pueden adherir estados no miembros de la Organización, es decir, no partes en la Carta, lo cual vamos a decir, ya no tiene sentido. Los miembros de las Naciones Unidas ya suman 192 de un total de 198 estados en el mundo. A fin de cuentas estados partes solo del Estatuto o solo de la Carta o partes en ambos, están todos obligados a cumplir los fallos de la Corte en todo litigio del que sean partes, más aún, frente a desacatos de sentencias de este Tribunal por parte de estados será susceptible la aplicación de medidas por el Consejo de Seguridad con el fin de obligar, y si es necesario, por la fuerza, a que se ejecuten las decisiones de la Corte, competencia y decisión del Consejo claro, no de la Corte, como suele pasar en los organismos judiciales internos.



El Estatuto de la Corte, como parte de la Carta y al tener esta en su conjunto carácter de norma imperativa del derecho internacional, esto al afirmar esta su supremacía frente a todo tratado y al obligar a todos los estados miembros a conocer todos los tratados que estos celebren de forma particular y entre sí e incluso a depositar copia en la cede de la Organización en Nueva York de cada uno de esos tratados para ser válidos para la Organización en su conjunto, es poseedora también de las competencias jurídicas necesarias en el territorio de cada uno de sus estados miembros para ejecutar y poner en acción sus propósitos y principios. La misma Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados estipula que la validez normativa internacional está dada por la no contradicción con los propósitos y principios de las Naciones Unidas.





La Corte falla conforme al derecho internacional las controversias que le sean sometidas, de esta forma son fuentes las convenciones internacionales contenedoras de reglas aceptadas expresamente por los litigantes, la costumbre internacional como prueba de una práctica generalmente aceptada como derecho, los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas. La jurisprudencia internacional y la doctrina de los publicitas de mayor competencia de las distintas naciones serán medios auxiliares para la determinación de las reglas de derecho. Las partes en litigio bien podrían también convenir en que la Corte decida ex aequo et bono. Recordemos que las sentencias de la corte son solo vinculantes para los estados partes del litigio y que a ella solo pueden acudir estados, distinto es en su competencia consultiva.



El Tribunal Penal Internacional es un buen ejemplo del avance en la institucionalidad internacional, aún no ha sido ratificado por una cantidad considerable de estados pero sus propósitos son bastantes ambiciosos, pues a este acuden no solo estados, también individuos, sobre los cuales la corte emite sentencias vinculantes, de esta forma la jurisdicción de la Corte aparece como complementaria de las jurisdicciones nacionales.



Se levanta un sistema jurídico internacional, el cual está en constante progreso y evolución, se codifican costumbres, se acuerdan convenciones, se constituyen instituciones permanentes e independientes y en algunos casos se avanza hacia grados de integración política, como es el caso de los países de la Unión Europea, dejando atrás al viejo paradigma moderno de una comunidad de estados soberanos independientes.

DERECHO INTERNACIONAL Y JURISDICCIONES NACIONALES

La teoría imperativa y positivista del derecho ha clasificado a este como un sistema de subordinación basado en ordenes respaldadas por amenazas, solo los derechos internos de los estados están subordinados a una soberanía centralizada capaz de monopolizar el uso de las fuerzas coercitivas de una manera eficaz y utilizarla para imponer las normativas de todo ordenamiento jurídico, el que a su vez necesita indefectiblemente de un sistema institucionalizado capaz de sostener no solo la legitimidad de sus bases, sino también las garantías de sus mandatos.



El derecho internacional carece de un poder soberano centralizado capaz de monopolizar el uso de las fuerzas, en él no encontramos relaciones de subordinación, si de coordinación, tampoco hay instituciones capaces de hacer frente a los objetivos globales, si es que se puede hablar de estos. Existen escasas garantías para las normativas internacionales, las cuales son heterogéneas y descentralizadas, incluso contrarias y conflictivas. No hay más que la voluntad de los mismos sujetos de este derecho como garantía de las normativas, los estados solo cuentan con su propio poder efectivo para velar por los compromisos celebrados con otros estados, es decir las normativas internacionales no están respaldadas más que por la propia voluntad soberana de sus sujetos primarios y originales, los estados soberanos modernos. No olvidemos claro que este ordenamiento escasamente jurídico existe gracias a un derecho en sí que lo consagra, el que exige a su vez el cumplimiento de principios aceptados en la práctica de los estados, pacta sunt servanda y la buena fe son algunos de estos principios.



La estructura jerárquica internacional vista desde la desigualdad de poder, existente en los hechos, se plasma y justifica en las normativas positivas y sus garantías, es decir que en realidad la igualdad jurídica de los estados hace valorar de manera idéntica a estados con distintos niveles de desarrollo, distintas culturas; manteniendo de esta forma, no solo un valor por la igualdad, sino también declarando que la sociedad es igualitaria, siendo que debería observar empíricamente los niveles de desigualdad para desarrollar políticas en búsqueda de la redistribución de capacidades, constructivas de mayor igualdad empírica. Las normativas positivas suelen ser conservadoras de una estructura sumamente inequitativa. Ver al que derrocha como si fuera igual al que necesita para subsistir es la incoherencia lógica de principios tales como la igualdad formal y soberana. Esta realidad es producto de la estructura anárquica que diluye las responsabilidades, dejando a las manos libres y abiertas para negociar. Las declaraciones conjuntas que consagran a la igualdad jurídica de los estados mantiene un statu-quo basado en la desigualdad real, en la incoherencia entre el valor por la igualdad y la falta de políticas para su persecución efectiva. Es un sistema basado en el mutuo desentendimiento en cuanto a todo aquello que no se ajuste a los celosos intereses nacionales, sustentados por dogmáticas soberanas, es decir, inapelables.



Los intereses nacionales suelen ser más particulares que los principios respaldados por la libre voluntad general de sus pueblos. La estratificación política y social al interior de los estados suele ser globalmente alarmante en la mayoría de los estados, lo que repercute en la participación política, en las redes de dominación e influencia. De esta forma el interés nacional, el orden público y la seguridad de estado no son mas que demagogia cuando se atribuyen a un pueblo que no ha dado su consentimiento.



Frente a lo antedicho se ha negado que el derecho internacional pueda considerarse derecho, esto por tener profundas diferencias con el concepto clásico del derecho como derecho interno. Del mismo modo el que niega la existencia de una sociedad internacional niega pues la existencia de un derecho internacional. A mayor poder mayor capacidad para velar por los compromisos celebrados, mayor capacidad para ajustar el consenso en beneficio propio, esto al no haber una entidad imparcial capaz de imponer normas colectivas internacionales, indispensables para hablar de un derecho inter-nacional, pues este caso, el internacional, es justo un ejemplo en donde lo jurídico se diluye en lo político.



Algunos han dicho también que en los terrenos internacionales se construye una civilización, una comunidad, un derecho; al igual como en el interior de los estados hace ya bastante tiempo. Otros han negado dicha comunidad al interior de los estados, revindicando la pluralidad, la tolerancia y el respeto por las diferencias no solo en el mundo, sino que dentro de las mismas comunidades políticas. Una definición sociológica del derecho nos mostraría la relatividad en las clasificaciones y las fuertes analogías entre la estructura interna y la externa. El dualismo observa dos sistemas jurídicos diferenciados, el monismo solo uno, visiones que afectan la distribución de recursos y competencias.

Periodo de entre guerras

Durante este periodo no se pensó que podría venir una segunda guerra general, se creía desde que luego de asentarse la paz con una Alemania desarmada vendría un desarme general, todo el sistema estaba coronado por la Sociedad de Naciones, en la que creía con fervor la izquierda Europea, en 1926 ingresa Alemania y solo faltaba E.E.U.U. y la U.R.S.S. en principio se garantizaba la seguridad colectiva, casi todos los países del mundo, comprendidos estos últimos se adhirieron al Pacto Briand-Kellogg, el cual ponía a la guerra fuera de la ley, la Sociedad de Naciones ostentaría el monopolio legítimo del uso de las fuerzas; lamentablemente la estructura jurídica internacional no se adaptaba a la realidad económica y social en el que se encontraban los pueblos, la crisis de Wall Street acrecentó el sufrimiento y las tensiones, hubieron cambios de paradigmas. Las doctrinas pacifistas, en un principio, adoptadas por Francia e Inglaterra, respondían solo a un rechazo absoluto de la guerra, para esto se debía desarrollar la tolerancia y las políticas permisivas con Alemania; no fue suficiente, el 1933 Alemania abandona  la sociedad de Naciones y la Conferencia del Desarme, Hitler irritó tanto a Francia que la ruptura de las relaciones fue iniciativa francesa, desde ahí Alemania se rearmó públicamente y esperaba su momento oportuno, cuando Francia estableció el servicio militar por dos años fue cuando Hitler rechazó públicamente el Tratado de Versalles (1934), restableció el servicio militar obligatorio y reconstituyó una poderosa aviación; las potencias no se atrevieron a reaccionar.

El advenimiento del nazismo en Alemania

La República de Weimar, los partidos tradicionales, social-demócrata y centro-católico, estos fueron los que tuvieron que aceptar el Tratado de Versalles, el cual castigaba duramente a Alemania, le imponía altas reparaciones, sacrificios territoriales y limitación de armamentos, existía un grupo creciente de ultranacionalistas furiosos por la derrota, quienes no tardaron en castigar a los dirigentes moderados a los que consideraban traidores; se vivían momentos críticos no solo en la economía sino también en la estructura social, política y cultural; Alemania vivió la primera hiperinflación de la historia moderna, consecuente con la presión francesa en el pago de reparaciones, se llegó a pensar que Alemania se disgregaría. Hitler surge como un dirigente de un pequeño partido, este intenta asociándose tomar el poder en noviembre de 1923 pero fracasa y va a la cárcel; la crisis económica internacional causada en 1929 en los Estados Unidos fue decisiva para que asunción de Hitler al poder, lo mismo que la crisis del 1920-1 lo fue para el fascismo, esto porque se presentaban como las alternativas más prometedoras y contrarias al sistema que no pudo contenerlas, Hitler fue nombrado canciller por el mismo presidente de la República; las batallas entre camisas pardas y comunistas eran instituciones del régimen, en el poder se eliminó al partido comunista, luego se reformó la constitución, en las siguientes semanas desparecieron los otros partidos, pero hubo que esperar a la muerte del presidente para que Hitler absorbiera todos los poderes de estado e instaurase su férrea dictadura, para él Alemania no estaba vencida, había sido traicionada por los revolucionarios que la apuñalaron por la espalda, razas inferiores que había que eliminar o esclavizar para depurar a la contaminada Alemania, se quería un estado superior, idéntico a su nación natural, a su etnia, que es la raza superior, solo así Alemania gobernaría el mundo, constituida por su territorio nacional, el de la lengua germana; era necesario romper con el Tratado de Versalles, símbolo de la humillación y la traición. Durante algún tiempo mejoró la condición del pueblo alemán y se extendió la ideología por toda Europa, en Bélgica, en Gran Bretaña, en Francia, en España,  pero es claro estos movimientos alcanzarían el poder ahí donde más se vivió la crisis económica, el descontento social y la crisis política; otros gobiernos como Francia recurrieron a deflaciones, Gran Bretaña a proteccionismos, muchas sociedades también reaccionaron con totalitarismos de izquierda, de ideologías comunistas y socialistas. Las posiciones blandas, apaciguadas y tolerantes de las potencias vencedoras como Francia e Inglaterra y el aislacionismo norteamericano dieron la certeza a Hitler para poner en marcha su plan imperialista.

Fieldhouse, D.K. “Imperialismos”

Las causas del imperialismo se clasifican en eurocéntricas y extraeuropeas; el mismo supone como expresión internacional, el aumento de las interacciones entre culturas. El imperialismo comercial es producto de la competencia internacional por los mercados, por la existencia de una asimetría de poder, reflejado en el intercambio asimétrico y horizontal, en la desigual capacidad industrial y por la dependencia. El imperialismo se caracteriza por ser un proceso vital, económicamente se expresa a través de un librecambismo seguido por una fase proteccionista o de maduración. Así posterior a la belle époque, hacia 1880, Alemania, Estados Unidos, Francia y Rusia comenzaron a subsidiar sus industrias y transportes, con el argumento de la industria naciente, sobre todo frente a la preeminencia británica; estaban en la búsqueda de colonias políticas (públicas) y económicas (privadas), para vender su excedente productivo y comprar materias primas de manera “favorable”, lástima que el mundo ya estaba más o menos repartido. El imperialismo significa costos y mayores conflictos, no hay lugar para que todas las potencias sean imperios; las colonias librecambistas comenzaron a ser disputadas entre las potencias industriales emergentes y las establecidas, las colonias solían ser cerradas por su metrópoli, creando monopolios. Alemania, Estados Unidos, Japón, Italia y Rusia fueron las potencias que se industrializaban y que deseaban constituir imperios comerciales a la vista de que el Imperio Británico venía en decadencia económica. El imperialismo del capital es la fase posterior del imperialismo comercial, es el resultante de la disputa entre las potencias por los mercados, cuando estas cierran sus colonias con medidas proteccionistas de tipo arancelaria, constituyendo monopolios; de esta forma las exportaciones disminuyen pero se incrementan las inversiones extranjeras directas y las filiales de producción, el sistema bancario ganaba gran protagonismo, haciéndose dueño de gran parte del capital. El imperialismo de estado es la búsqueda de mayor poder y seguridad a costas de los demás estados, está relacionado con las colonias políticas más que con las económicas y podríamos decir que acompaña al imperialismo comercial, se distingue por su acerbo nacionalista y patriotista, suele nacer como una razón preventiva ante la competencia desencadenando un efecto dominó. Se ha hablado de imperialismo de masas pero también se dice que este es el de estado, es decir las políticas nacen más desde arriba en vez que desde abajo, es como entendemos a la voluntad, a la autonomía de estas, a la del pueblo mismo, si este es soberano y crea las políticas o si de lo contrario es una masa moldeable a las políticas de estados imperialistas, donde el monopolio de producción se traspasa al de prensa, creando imperialismos culturales y nacionales, haciendo públicos los conflictos económicos que antes se desarrollaban en la esfera privada y justificándolos con ideologías etnocéntricas, las que a su vez estaban justificadas por el darwinismo social. El imperialismo en general es la maduración del capitalismo y se usa para diferenciar a una era económica distinta y posterior a la del régimen medieval, es decir que el capitalismo y el imperialismo son partes de la modernidad, pero también es cierto que en los hechos han trascendido a esta. Las antiguas civilizaciones eran imperialistas y capitalistas, no desde el punto de vista industrial moderno, pero si desde el punto de vista técnico y cultural, eran etnocéntricas y competitivas.



La Primera Guerra Mundial, la guerra de los imperialismos, fue recibida con entusiasmo por las masas, se veía como la salida de las crisis y como una forma de incrementar el beneficio social, un símbolo del patriotismo y una esperanza de emancipación. Existían enemistades hereditarias que condimentaban la contienda, Rusia apoyaría a Servia producto del paneslavismo, Inglaterra contra Alemania por sentir amenazado su imperio, Francia contra Alemania por Alsacia y Lorena. Alemania al llegar tarde a la integración nacional también llegó tarde al proceso de industrialización unificado, lo que la dejó fuera del reparto colonial; a la vista de esto Alemania se reunifica e industrializa de una manera rápida y eficiente, poniendo en jaque a la eficiencia y dominio inglés. Rusia enemiga hereditaria de Alemania y ésta última imposibilitada a aliarse con Italia, pese a las buenas relaciones y posible conveniencia, debido a la profunda enemistad de Italia con el Imperio Austro-Húngaro. Alemania, debido a su eficiencia industrial y carencia de colonias políticas, abogaba por la libertad de las colonias y se mostraba hambrienta frente a las crecientes demandas de Asia Menor. La guerra si se desarrollo desde Sarajevo hasta Versalles y también fue muy esperada por la Internacional Socialista, se creía que era el fin del capitalismo. Inglaterra se mostró conciliadora frente a la agresiva Alemania, no se cría en una paz que no significara la completa derrota del adversario. Estados Unidos tuvo un rol fundamental ya que no se contaba con su presencia geopolítica en el tablero diplomático internacional. Inglaterra y Francia vivían un debilitamiento, Rusia venía de una derrota y Alemania sentía que su hora había llegado. La ideología norteamericana, caracterizada por el liberalismo político y económico, hija de la revolución francesa, estaría en contra de la clásica política real europea, la del equilibrio de poder, aristocrática y legitimista. Pro el contrario, favorecería un sistema de seguridad colectiva, liberal, basado en el principio de nacionalidad, de independencia, de autodeterminación y de democracia; ideología progresista desde el punto de vista popular e interesada desde el punto de vista económico. A tal efecto se constituyó la primera institución internacional de carácter general, para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, imponiendo la solución pacífica de controversias y castigando a sus infractores. Sin duda fue un éxito ideológico pero careció de practicidad, era una institución que no se adaptaba a la realidad y no contaba con la fuerza necesaria para imponer sus objetivos; el acuerdo perdió credibilidad con la denuncia de Estados Unidos, marcada por la renuencia del Congreso norteamericano hacia la delegación de competencias soberanas, las que podían limitar su política imperialista, basada en las esferas de influencia.

La Democratización de los Estados

A lo largo del siglo XIX un número cada vez mayor participaban de la política, desde distintas posiciones, incluso y notablemente, desde la presión, la revuelta y la insurrección de masas cada ves más populares; el socialismo, el nacionalismo, el radicalismo, el liberalismo; eran todas ideologías que antes no participaron nunca de la política, la cual era de los notables; después de la Comuna de Paris Europa no conoció guerras civiles, a excepción de Rusia, ya que se sancionaban grandes leyes reformistas y los revolucionarios se habían organizado en partidos políticos, algunos internacionales y muy masivos, muchos al llegar al poder se moderaban como fue en Francia que al tiempo que aumentaban los votos para las izquierdas estas se hacían más de centro e incluso más de derecha, Francia en 1871 ya disponía de sufragio universal; las libertades propias de la democracia surgieron en la década de 1880, como es el caso de la enseñaza gratuita, laica y obligatoria, la libertad de reunión, la de prensa, la sindical, las municipales, etc; la separación de la Iglesia y el Estado ya estaba consumada para 1905 y en un momento los exacerbados nacionalismos amenazaron con las bases de la misma república. En Inglaterra solo se logró de modo progresivo el sufragio universal, las reformas no constituyeron el monopolio de los liberales, existían dos partidos, los conservadores y los liberales, ambos introdujeron reformas sociales, políticas y administrativas. En Alemania, en tanto confederación, poseía un parlamento elegido sus representantes por sufragio universal, existieron reformas federales y otras propias de los estados; Bismarck para combatir a los socialistas creó una seria de reformas de tipo socialista pero con un gran sentido paternalista, destaca el progresivo impuesto sobre la renta pero lo que realmente impidió un régimen democrático fue la total independencia del poder ejecutivo con respecto al pueblo (canciller y ministros nombrados por el Emperador), también influyó la preponderante influencia de los militares. Rusia era un caso particular, hasta 1905 el gobierno fue puramente autocrático, el asesinato del Zar Alejandro en 1881 lo fortaleció aún más, los funcionarios y la policía tenían poderes casi ilimitados, la permanente estructura feudal, la casi inexistente sociedad civil, la incipiente burguesía y la extrema centralidad de los poderes hacían más despótico que ilustrado el absolutismo paternalista ruso; la pauperización del campesinado descontento sumado a la derrota frente al Japón y las huelgas obreras concluyó en una verdadera revolución, se desencadenó la huelga general; el único intento del Zar fue la creación de la Duma, la cual por ser elegida y no tener una relativa competencia terminó sin potestades propias y finalmente disuelta. En Italia el sufragio universal. Se dispuso en 1920; el nacionalismo se veía dividido por las interpretaciones socialistas de carácter reformistas y los socialistas de carácter radical, revolucionario o marxista, los anarquistas y el sindicalismo comenzaban a jugar roles importantes desde y hacia la política; la burguesía se alió con el proletariado y el campesinado hasta 1848, momento en el cual se sintió privilegiada y cómoda como para seguir profundizando una emancipación que ya no les era favorable, por lo contrario, las reacciones frente a las revueltas comenzaron a ser las tácticas burguesas frente a un proletariado exigente. Rusia pasó a ser de una autocracia a una dictadura del proletariado, donde las libertades individuales se sacrificaban a intereses superiores, a razones de estado. Al fenómeno esencial del periodo de entre guerras, el antagonismo entre socialismo y liberalismo se le sumó un tercer ingrediente, el llamado fascismo, de corte extremadamente nacionalista, estatalista y burgués; tanto el comunismo como el fascismo eran regímenes totalitarios. El fascismo en Italia fue la respuesta a la existencia de un régimen democrático ineficiente, inestable y la existencia de numerosos y fuertes partidos de izquierda; comunistas especialmente y un grupo importante de ultranacionalistas, estos últimos exacerbados producto de los costos-beneficios de la Gran Guerra, la crisis económica vivida posterior a esta, las promesas incumplidas, el descontento generalizado a un sistema de estados y gobierno y la cristalización en la persona de un dirigente de masas, los sentimientos nacionales y sociales, claro que reaccionarios del sistema, tanto de los socialistas como de los liberales. Al fin de la guerra la situación económica italiana era lamentable, habiendo sido una potencia vencedora, por esto el grupo de excombatientes, la pequeña burguesía, adhirieron a este grupo de extrema derecha nacionalista y reaccionaria, en parte como protesta y resultado del trato injusto que tuvo Italia en la Gran Guerra por las grandes potencias; desde Milán surge Mussolini quien en 1919 funda el fascismo, planificando una serie de reformas sociales, conquistas, la eliminación de todos los partidos políticos como causantes de todos los males , creando un gobierno fuerte y con los poderes centralizados en la voluntad de un gran dirigente, eliminando los principios del liberalismo en la política y en la vida social, opuestos a las ideologías de izquierda, de hecho en principio eran activistas violentos y castigadores en especial contra los comunistas, los socialistas, sindicalistas y toda colectividad de izquierda en cuando buscadora de una gran redistribución social, igualitaria, contrarios a las instituciones y hasta contra el mismo estado en algunos casos; fascista eran todos, las masas, los discursos demagógicos adherían personas de todas las clases sociales y añoraban la reconstrucción de la grandeza italiana, se basaban en la fuerza como medio de acceso y de utilización del poder, apoyados por la monarquía, la cual le pidió a Mussolini que forma gobierno, este llega al poder sin ningún plan pero con grandes ambiciones, estableció su dictadura progresivamente, el amplio apoyo popular le sirvió para eliminar a los partidos, cambiar la constitución y abolir las cámaras, apoyado por un sistema corporativo; la mayor conquista del fascismo fue Alemania.

Maduración de las Alianzas y los Conflictos (1891-1904-1914)

A pesar de la Dúplice Francia y Rusia tenían un interés común, frenar a Inglaterra en sus avances coloniales en África y Asia Central; Rusia y Austria-Hungría decidieron silenciar sus diferendos en los Balcanes ya que el statu quo les beneficiaba a ambos, para ese entonces Rusia estaba más interesada en el Extremo Oriente, Japón había vencido a China y los Rusos apoyados por Francia y Alemania exigieron la revisión de la Paz y Japón cedió tomando los rusos la delantera. Para 1900 Alemania había crecido exponencialmente no solo demográficamente sino también en lo comercial, había sobrepasado a Inglaterra en la producción de acero y se había lanzado a una expansión de sus vínculos comerciales como de su marina, cosa que alertó a Inglaterra a salir de su aislamiento, así reglamentó con Francia sus conflictos coloniales y permitió el protectorado de esta sobre Marruecos a cambio de que esta renunciara a cualquier pretensión sobre Egipto, firmó otro con Japón que solo se hacía efectivo si este era atacado por dos potencias; todo esto causó un sensible fracaso diplomático para Alemania. Servia se transformaría en un centro nacionalista yugoslavo al consumarse la muerte del rey en manos de la sociedad secreta La Mano Negra, esto hizo entender a Austria que Servia era el enemigo que amenazaba con la desintegración al cual se debía aniquilar y someter; la derrota Rusa frente al Japón (1904-1905) truncaron las expectativas de expansión Rusa hacia el oriente y restaron fuerzas a la alianza franco-rusa, ahora alejada Rusia del Extremo Oriente mira otra vez hacia los Balcanes por lo que decide proteger a Servia. Entre 1905 y 1914 se iba a asistir a cinco crisis y cada vez más graves pertenecientes al conflicto austro-ruso por los Balcanes y al conflicto Franco-alemán por disputas coloniales; África era un tema candente, al igual que la ya progresiva desintegración del Imperio Turco Otomano, lo mismo sucedía en oriente, pero sin duda los Balcanes serían el fuerte conflictivo con gran carácter nacionalista, esto porque todos los países se habían puesto de acuerdo de dos en dos sobre las reparticiones y los estados tapones en ultramar por lo que la crisis de 1914 sin duda es originada en los Balcanes, crisis que desata la Gran Guerra; fue el asesinato del Archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del Imperio de Austria-Hungría la gota que rebalsó el vaso por lo que el imperio usa este hecho para aniquilar a Servia; Alemania temerosa de quedar aislada y de perder la Dúplice decide apoyar a Austria pese a que no le convenía y había aconsejado a esta otra no atacar a Servia y esta al ser protegida por Rusia y esta última al ser aliada de Francia ya estaba concertada la guerra general; Gran Bretaña que no estaba amarrada por alianzas sintió afectados sus intereses vitales cuando Bélgica desestimó su neutralidad amenazando la tradición británica de que ninguna potencia se instale en Amberes.

La Diplomacia de Bismarck

En ocho años integró Alemania en provecho de Prusia, transformándola en imperio con una preponderancia innegable. A partir de 1871 Bismarck concentró sus fuerzas al interior del imperio con motivo de consolidar el reciente acoplamiento y de eliminar las resistencias a las minorías francesas, polacas y danesas; en el terreno internacional veía a Francia como enemiga hereditaria, por esto su aislamiento iba a ser la prioridad del canciller, más por tratarse ahora de una república a la que incitaría a una gran política colonial para desviarla de Europa y enemistarla tanto con Inglaterra como con Italia, en tanto Rusia manteniendo la amistad pero exaltada por la posibilidad de que Alemania concrete una hegemonía; Austria estaba preocupada por los Balcanes mientras que Inglaterra se mostraba aislada y cómoda. En 1873 se concertó la Triple Entente, la de los tres emperadores, conformada por Alemania, Italia y Rusia contra los revolucionarios, en especial Francia; Bismarck se contentó con la neutralidad Austriaca, la tensión austro-rusa pareció enfriada con el pacto secreto bilateral que reservaba la zona occidental de los Balcanes para Austria-Hungría (1877), situación que no perduró mucho tiempo ya que la guerra Rusa contra el imperio Otomano haría de la participación rusa algo mucho mas débil; de esta forma se concretó la Dúplice entre Alemania y Austria-Hungría, alianza secreta dirigida contra Rusia; Italia ultrajada con Túnez por Francia sacrificó territorios a favor de Austria-Hungría para obtener la protección en caso de ataque francés; en 1887 se concretaron una serie de acuerdos por los cuales logró aislar totalmente a Francia, evitando cualquier desquite; Inglaterra mediante el acuerdo con Italia quería evitar cualquier expansión Francesa a la zona de Marruecos, pese a su aislamiento. Alemania comenzó tarde su colonización, Bismarck no era un hombre colonial, pues el se había centrado en Europa y en la consolidación de la integración, pero cedió frente a los hombres de negocios; a partir de 1871 la expansión de las grandes potencias pareció quedar bloqueada por los movimientos nacionalistas por lo que las zonas de expansión se fueron reduciendo; de este modo Bismarck se vio envuelto en lo que había planeado para los demás, sus errores fueron el desconocer la importancia política con que se desarrollaban los nacionalismos, también desconoció la debilidad que le trajo la anexión de la Alsacia-Lorena; de todas las alianzas que se concretaron solo resulto un conjunto de acuerdos débiles y hasta contradictorios los cuales descansaban en la fuerza como movilizante del equilibrio, desencadenando carreras armamentistas entre Alemania, Rusia y Francia; hasta 1890 Europa vivió en la incertidumbre, Francia y Alemania no podían reconciliarse por Alsacia-Lorena, Francia e Italia enfrentadas en lo comercia, Francia e Inglaterra enfrentadas en la gran política colonial que parecían entenderse al firmar repartos en África; se vislumbraba en el horizonte la emergencia de una nueva potencia, el Japón y el supuesto conflicto más peligroso, el de los Balcanes entre Austria-Hungría y Rusia parecía desvanecerse; el reparto de África parecía continuar y acelerarse; para 1890 Bismarck cae y con el se vislumbran las debilidades de sus sistemas.  

Nacionalidad contra legitimidad

El nacionalismo obliga a que cada comunidad de hombres tenga su propio gobierno, el problema surge para identificar cual es y cuales son los límites de esa comunidad, para la visión alemana es producto de actos inconcientes e involuntarios, es especial la lengua y las tradiciones populares, para la visión francesa son actos concientes y voluntarios por medio de los cuales se expresa la pertenencia y la identidad, como lo es por medio de las votaciones y plebiscitos. La Europa de 1815 esta basada en una legitimidad antinacional  mantenida por el equilibrio europeo, en donde habían naciones divididas en múltiples estados (Alemania e Italia) y estados multinacionales (Austria-hungría y el imperio Otomano), la cuestión era el sentimiento progresivo y con fuerza política del nacionalismo reflejado en la búsqueda de independencia para los pueblos sometidos y la búsqueda de integración para los pueblos divididos. Serbia fue el primer triunfo nacionalista, el siguiente fue Bélgica, en las revueltas griegas participaba esporádicamente Rusia, aunque esta terminaría protegiendo a los turcos contra Egipto, protectorado que terminó por ser colectivo, cosa que beneficiaba a Inglaterra ya que esta no participaba de ninguna de las partes, esto porque Francia apoyaba a Egipto, pero con el acuerdo colectivo uniría fuerzas con Rusia; de esta forma se estuvo al borde de una guerra general pero la prudencia del rey de Francia no terminó de respaldar las reivindicaciones Egipcias, por lo que estos últimos tuvieron que regresar territorios conquistados terminando con ningún privilegio para Francia ni para Rusia que había logrado tránsito marítimo. Luego de 1848, el fracaso de unificación italiana fue muy instructivo el cual besaba sobre la necesidad de aliarse con una gran potencia para pder derrotar a Austria, la que luego de las revueltas mostraría pese a su decadencia que aún se mantenía fuerte; también se entendió que de todas las teorías de unificación (confederación papal, República o anexión al Piamonte) solo la última sería la más eficaz, el rechazo del Papa de luchar contra la Austria católica le resto su popularidad. En conclusión el éxito represivo de las revoluciones de 1848 dieron como resultado una federalización del imperio quedando los intentos independentistas postergados varias décadas más; es cierto también que las revueltas fueron en parte respuesta a crisis económicas y que el éxito de la restauración estuvo acompañado por un reflorecimiento económico que a mismo tiempo de reforzarla le dio legitimidad. Napoleón III fue el primer jefe de estado de una gran potencia que creyó en el principio de las nacionalidades y cuyo accionar estaría enfocado a la integración tanto de Alemania como de Italia, pero fue Cavour quien luego de ganarse la aceptación en el concierto de Europa, por haber mandado tropas a Crimea, planteó la cuestión italiana, con el desprecio de Austria, y finalmente logró el apoyo de Francia para liberar los estados del norte italiano, en varias idas y vueltas se lograron anexionar Lombardía al Piamonte no así el Véneto, en el centro italiano estallan revueltas independentistas que fueron consideradas por Francia a cambio de Saboya y Niza, cosa que descontenta a Garibaldi, quien desembarcó en el sur italiano  y que tras el envío de tropas desde el Piamonte se logró la anexión del centro y sur italianos al Piamonte, en 1861 fue proclamado el reino de Italia, tan solo el Véneto y Roma no habían sido anexionadas; el Véneto sería anexionado en 1866 y Roma en el 1870, de sta forma había nacido una gran potencia, acontecimiento de trascendente importancia desde 1815.

Insurrecciones (1815-1849)

La primera oleada, la de 1820, se vio precedida por una fuerte agitación en Alemania que terminó con las represiones de Metternich, al igual que las americanas por España, las cuales lograron la independencia; en Nápoles y Piamonte hubo que conceder constituciones como medidas para terminar con las revueltas organizadas por los carbonarios, quienes habían constituido homólogos en Francia; en Rusia fracazó el intento contra el sucesor de Alejandro I; en Grecia y en América las revueltas tenían un fuerte carácter nacional sumado al liberal propio de estas. La segunda oleada tuvo origen en Francia para 1830 cuando Carlos X quiso invalidar la constitución lo que motivó una exitosa protesta del pueblo con la aprobación de la burguesía liberal y el apoyo de las asociaciones secretas republicanas, lograron que el rey abdicara y se exiliara reemplazándolo Luis Felipe de Orleáns, los disturbios continuaron, todos reprimidos; en Bruselas estalló la revuelta con carácter nacional en donde tuvo éxito apoyada por Europa; en Italia estallaron revueltas que lograron establecer una unión de provincias que prescindían de los déspotas, Austria no tardó en reprimirlas, homólogo fue el caso de Alemania donde se constituyeron los estados unidos alemanes , lugar donde también se estableció el orden. Para 1846-7 estalla una crisis económica en donde el campo era el motor y el causante se expandió y comprendió mayormente la necesidad de una transformación, esta crisis finalizó en 1848, año en el que comenzaron una serie de favorables cambios, en Francia se crea la República, en Italia, Turín, Roma, Nápoles y Florencia se concedieron constituciones;  en Austria se concede una constitución y luego una constituyente que para la caída de Metternich terminarían en un efecto centrífuga que expandería revueltas nacionalistas y liberales en toda Europa central, terminando con el régimen social del feudalismo en grandes medidas y provocando también varias revueltas de carácter nacional en distintos puntos del imperio; en Alemania se aceptaron constituyentes; en Gran Bretaña estallaría un movimiento democrático el cual no daría frutos; solo Rusia, España, Portugal y los países escandinavos escaparon de estas intensas revoluciones. Lamentablemente para 1850 las reacciones conservadoras instauraron desde el poder una serie de medidas represivas y desconocieron muchas de estas revindicaciones, solo Francia conservaría el sufragio universal, siendo la primera potencia en tenerlo; sin embargo se había producido un gran cambio en la conciencia y en la estructura política y social europea; se había abolido el régimen señorial y se habían ganado constituciones, con la excepción de Rusia que no abolió la servidumbre hasta 1861.

Reacciones a la Francia de Napoleón y al Congreso de Viena

Después del Congreso de Viena Europa experimentó largo periodo de paz, durante 40 años no hubo ninguna guerra entre las grandes potencias y posterior a la Guerra de Crimea de 1854 no hubo ningún conflicto general durante 60 años; el orden internacional creado por Viena era el más basado en el equilibrio de poder como sostenedor más que ningún otro sistema, este no necesitaba poder para mantenerse, solo del mantenimiento del statu quo en el tiempo; Europa se unió profundamente con razón de valores comunes; la seguridad era solo un mecanismo de este sistema que comprendía la concordia ideológica en un sentido amplio. El reino de Italia fue constituido por Francia, era dependiente de esta, de hecho la estructura jurídica era la extensión de la misma; el reino de Nápoles, el ducado de Varsovia y los territorios entre el Rin y el Elba son un ejemplo de la influencia menos directa, sobre los cuales Francia había eliminado el antiguo régimen pero los había mantenido en sus estructuras internas; Prusia es el ejemplo de resistencia positiva, ya que al tiempo que no se dejaba influenciar se reformaba para serle competente; el caso de Austria y Rusia constituyen la resistencia negativa, ya que solo reaccionaban a Francia mediante el arraigo a la tradición; Inglaterra, desde 1800 llamada reino unido de Gran Breteña e Irlanda ya poseía un régimen lo suficientemente liberal como para intentar o ser cambiada por Francia; en Italia, como en el caso del gran ducado de Toscaza no habían textos constitucionales pero si la tolerancia de los déspotas ilustrados; España fue restaurada bajo el rechazo absoluto al texto constitucional de 1812; la autocrática, despótica y paternalista Rusia pegó un salto con el zar Alejandro I, quien le dio cierta autonomía a Polonia y confeccionó una verdadera constitución implantando la figura de una dieta bicameral, un senado designado y los nuncios que representaban al pueblo; así la Europa de 1815 se dividía en monarquías absolutas y constitucionales con la excepción de la República Suiza y cuatro ciudades libres en Alemania y Cracovia, si quisiéramos trazar una línea podríamos decir que Europa estaba gobernada por terratenientes y en algunos estados (Francia e Inglaterra) con rápida preeminencia existía un progresivo aumento, más en la importancia que en la participación, de las burguesías en los gobiernos; el común denominador era sin duda el valor y el poder de la tradición, de la nobleza antiliberal y de la aristocracia privilegiada y aferrada a las estructuras del antiguo régimen. El constitucionalismo incipiente era, si es que no lo es, más declarativo que eficaz; pero la diferencia es que para ese entonces era aún más alejada de la realidad y de la práctica, desde el punto de vista normativo y sociológico; es cierto también que esas constituciones fueron los mínimos para mantener un cierto orden en sociedades que exigían grandes transformaciones, es por esto que a partir de 1815 se inicia un periodo de constantes revoluciones que no hacen otra cosa que demostrar el descontento hacia las carencias de estas primeras medidas liberales implantadas por la restauración, incluso por las partes que parecían ser más progresistas; pasa que en realidad el progresismo instaurado por Viena era totalmente aparente, ya que en sus propias normativas excluían en muchos casos el derecho a las organizaciones libres y donde había un gran control de la educación y la literatura; en Italia fue la revolución industrial la que gestó en la práctica la existencia de revoluciones, las cuales  se basaban en los principios liberales expandidos por la revolución francesa.

Así nació Alemania

Cuando el condado de Prusia fue heredado a Federico Guillermo, el gran elector, en conjunto a otros territorios dentro de los cuales estaba Brandenburgo, durante finales del siglo XVII, entendió que para lograr un estado fuerte tenía que introducir importantes reformas políticas-militares, económicas y administrativas, además era calvinista con ideas absolutistas aunque no del estilo de su vecino, su idea era participar del comercio mundial, tener un lugar en el equilibrio de naciones y contar con un ejército capaz para ello, la salida al mar Báltico era uno de sus mayores anhelos, su gran logro es el haber obtenido el titulo por parte del emperador de rey de Prusia como Federico I en 1701 a costo de su participación a servicio del emperador en la Guerra de Sucesión española, mostró siempre un gran escepticismo hacia los intelectuales y gran devoción por la figura del Emperador. Prusia pasó a ser una potencia europea con la que había que contar en los cálculos del equilibrio de poder luego del Tratado de Utrecht; el mapa europeo estaba determinado por las opuestas coaliciones de Austria-Inglaterra y por Francia y Prusia pero para mediados del siglo XVIII Inglaterra se da cuenta que Austria será la perdedora y se alía con Prusia por la hegemonía alemana mientras que Francia alertada por el crecimiento de Prusia se alía con Austria y España. Federico, de cultura afrancesada no tiene ideales nacionalistas ni mucho menos su pueblo el cual para entonces era solo una masa gobernable, Federico le arrebató Silesia a Prusia poco después de llegado al poder y antes de enfrentarse por la misma en la Guerra de los Siete Años reformó las administraciones de sus estados para crear un sistema homogéneo; el monarca centralizó en su persona todas las instancias institucionales que podían mediar a su voluntad, también codificó de forma centralizada y unitaria todo el sistema jurídico para toda la monarquía, influenciado por las ideas liberales de la división de poderes no dispuso para su voluntad la actividad judicial, creando órganos autónomos de los cuales el no debía participar, esta es una de las transformaciones propias de un estado moderno introducidas por este déspota ilustrado, promovió una intensa inmigración hacia las zonas rurales con el objeto de expandir su actividad agrícola. La Guerra de los Siete Años solo reafirmó Silesia como dominio prusiano; en 1772 Prusia, Austria y Rusia privaron de la cuarta parte de su territorio a Polonia, repartición de la cual fue beneficiado estratégicamente Federico, logrando entre otras cosas la salida al Báltico por un río, en total fueron tres las consecutivas reparticiones de Polonia entre estas potencias que terminaron por hacer desaparecer a Polonia del mapa europeo, anexiones que además del aumento de poder trajeron mayores causas para la desorganización en manos del nuevo rey. Para 1780 el dualismo austrio-prusiano mostró rasgos nacionalistas debidos en parte por las nuevas ideologías, la independencia de los Estados Unidos y la necesidad de conformar una Alemania unida contra las ambiciones de anexión por parte de Austria, estos sentimientos fueron provocados también por las mismas expansiones y reformas del estado prusiano, de esta forma se creó la Confederación de Condados llamada la Tercera Alemania, se quería rescatar la antigua constitución imperial lo que no significó una mayor integración o un seguimiento de las ideas de la revolución, todo lo contrario para 1800 Napoleón había ingresado a Berlín, desquebrajando toda una estructura que se opuso al cambio pero que ya estaba cimentada por lo que a la derrota de Napoleón se esperaba la reconstrucción de la natural Prusia; sin duda sería difícil hablar de una nación alemana, ya que en la realidad son diversos los pueblos, las culturas y las raíces que compones este conglomerado pero esto no significa que existan elementos comunes como la lengua y otros factores que sirvieron como diferenciadores de un extranjero mas lejano. Es a partir de las expansiones napoleónicas que se despierta un genuino sentimiento nacionalista, no solo en Alemania, sino que en todo Europa, debido principalmente a las mismas ideas revolucionarias pero que reaccionaban a los abusos y excesos del emperador francés, los cuales resultaban contrarias con las mismas ideas de nacionalidad e independencia de los pueblos, el combate contra Francia y su posterior derrota marcó el inicio de un verdadero nacionalismo alemán reflejado por toda su cultura y su sentimiento de crecimiento y reconstrucción, sería a partir de la revolución de 1848 el momento en que estos sentimientos se harían incluso virulentos, año para el cual el ferrocarril se veía extendido al igual que la unión aduanera, esto incentivó su desarrollo industrial, claro que menor que el que vivía Inglaterra y Francia, no contaba con capitales suficientes ni con satélites de materias primas, eso hizo necesario la imposición de medidas proteccionistas. La revolución de 1848 que pretendía la instauración de un parlamento basado en el sufragio universal y masculino, el cual debía conducir la política alemana, este se concreta y vota una constitución que Austria no acepta, luego instaura una constitución exclusivamente alemana en la que llama al rey a ser su protector, este no acepta por provenir esta de fuentes revolucionarias, luego la burguesía por miedo a las demandas populares desiste de su reforma política y Prusia entre en un periodo de fuerte desarrollo y crecimiento industrial, financiero y comercial que termina por desplazar a Austria en el mercado alemán; toda esta transformación trajo gran seguridad para la burguesía prusiana la que en 1862 firmaría el librecambio con Francia. Recordemos que a diferencia de Inglaterra y Francia la burguesía Prusiana no ostentaba el poder político, esto creo un complejo sistema dual del cual resultó en la práctica ser la burguesía la clase dominante. En 1859 se fundó la Asociación Nacional Alemana, siguiendo el modelo italiano buscaba objetivos liberales y nacionales, querían una Alemania unida alrededor de Prusia y no de Austria, gobernada por un sistema parlamentario. Bismarck al subir al poder se plantea el objetivo  de separar a Austria del proceso unificador alemán y para ello crea primero la necesidad en Austria de anexionar los disponibles ducados de lengua germana que estaban bajo dominio danés y comprendidos por la Confederación Germánica, así tras una corta guerra los ducados pasan a manos de Austria y Prusia, con esto tenía el problema del protectorado de los ducados y el de la confederación como motivo de guerra contra Austria, para la cual busca la neutralidad rusa, francesa y la alianza italiana. La guerra estalla en 1866 cuyo objetivo era el aumento del poder prusiano y el logro de la enemistad con Austria; a la derrota de Austria siguió la sorpresa de Napoleón III, quien hasta 1870 se enfrenta en el terreno diplomático con Prusia, al fracaso de la política exterior francesa surgieron las concesiones ofrecidas por Napoleón a Bismarck, quien las hace públicas despertando la necesidad de protección en los estados alemanes del sur, ahora solo faltaba que Francia declarara la guerra para que se los estados del sur reaccionaran a favor a Prusia; la sucesión española era el ingrediente necesario para su objetivo, Bismarck alterando la declaración del rey hacia Francia logra que esta le declare la guerra que finaliza rápidamente con la victoria alemana, pasando Alsacia y Lorena a manos de esta e imponiendo una indemnización a Francia (1871); Bismarck y los estados del sur discuten una constitución de tipo federal, la que mantendrá las estructuras aristocráticas de los estados previendo la creación de un parlamento y de una cámara federal, formada por delegados de los distintos estados de acuerdo a su tamaño.

Así Nació Italia

Durante los siglos XIV y XV la península itálica era un conglomerado de pequeños estados que para finales del siglo XV comenzaron a ser objeto de las codicias y disputas entre los Borbones de España y los Habsburgo de Austria, resultando un prolongado periodo de dominio español sobre la península, esto hasta la guerra de sucesión por un lado y a la guerra de los Siete Años por el otro, las cuales no librarían a Italia del dominio y el reparto extranjeros, solo el estado de Saboyas y el reino de Cerdeña constituían potencias a nivel europeo, ya ni Génova, ni Venecia, ni los estados pontificios significaban algo importante, solo les quedaba el recuerdo de lo que habían sido en el pasado; esta fragmentación se sumaba a su retraso económico, ya Génova y Venecia no representaban la banca que acaparaba el oro de América y el comercio de Asia ya que el eje se había transportado al Atlántico, esto consolidó a la economía agraria pero la burguesía urbana mantendría el poder que la caracterizó durante los siglos XV y XVI aunque minimizada cada vez más por la creciente importancia del campo y la perdida de influencia internacional de sus puertos mediterráneos; encontramos en la Italia del siglo XVIII una estructura dual representada por un campesinado feudal fuerte y conservador y por una burguesía urbana más dinámica e innovadora. El despotismo ilustrado intentaría reformas en algunos estados italianos pero a estas se les sumó la negación de la Iglesia, de la nobleza y de amplios sectores de la burguesía, los que truncaron en la práctica una seria de decretos e instituciones creadas con algún sentimiento de progreso y de mayor participación; sin más Italia seguiría siendo la misma hasta el advenimiento de la revolución francesa y todo lo que esta significó para los pueblos y para las burguesías, claro que con repercusiones para Italia recién a partir del siglo XIX, ya que el nacionalismo no era muy bien recibido por Italia, solo en pequeños sectores intelectuales, esto era generalizado en toda Europa, la ideología nacionalista no era más que un sentimiento romántico de algunas élites, pero la expansión napoleónica sobre la Italia septentrional formaría el reinote Italia en donde se suprimieron los privilegios de la nobleza y se combatió la influencia del clero, se expandieron los derechos del hombre y los ideales liberales sobre el pueblo italiano, estas iniciativas tuvieron el apoyo de los ilustrados y de la burguesía liberal. Luego de la derrota de Napoleón y de la posterior victoria monárquica plasmada en el Congreso de Viena se derrumbó el reino de Italia y se recompusieron las reparticiones dinásticas de Italia con la protección imperial, reprimiendo por medio de la Santa Alianza cualquier brote revolucionario, solo se mantuvieron pequeños derechos individuales como una continuación del despotismo; esta situación encontró oposición entre los patriotas y los liberales que veían con desagrado la resurrección del absolutismo y que constituyeron sociedades secretas las cuales habían surgido a principios de siglo con la masonería, sociedades que pronto tuvieron expansión por toda Italia pero que mantenían un carácter elitista que no permitía la inclusión de las masas. En 1820 estalla una revolución en el reino de las Dos Sicilias, donde el rey pide ayuda al imperio y esta es reprimida, pero la consecuencia fue la migración de los liberales quienes al influir en conjunto con las sociedades secretas de los carbonarios se produjo un gran sentimiento nacionalista que a partir de ese momento cobraría con fuerzas la idea de una Italia unida. En 1930 estalla una revuelta en Francia que ante la reacción temeraria de la Santa Alianza se multiplican las células revolucionarias a lo largo de toda Europa, ese mismo año Bélgica se separa de Holanda y Polonia se levanta contra el Zar, Italia quería reconocer a Francisco IV como jefe del movimiento por la libertad y la independencia, se quería reunir a toda Italia en una sola monarquía, para 1831 se revindican varios estados Italianos en una reacción en cadena que llegó hasta los estados pontificios, movimiento con características democráticas avanzadas, habían disputas entre unitarios y federales, no existía un único criterio para la integración, Austria estaba dispuesta a intervenir reclamando que los ducados de Módena y Parma pertenecían al imperio y que sus duques lo habían solicitado, esta actuación se realizó con gran rapidez. Esta revolución se caracteriza por la nula resistencia de los gobiernos y por la facilidad con la que Austria ejecutó la represión, esto ya que las distintas unidades revolucionarias no quisieron lanzar una contraofensiva basados en el principio de la no intervención; era la burguesía más activa y progresista y la aristocracia aburguesada la descontenta con esta situación. Muchos de los exiliados italianos se encontraban en Francia. Mazzini, gran intelectual liberal cree que las revoluciones iniciadas el 30 traerían como consecuencia el advenimiento de los estados nacionales republicanos en toda Europa, basado en una romántica idea de progreso; las revueltas iniciadas eran de grandes envergaduras pero la presencia de Austria y Francia minimizaban cualquier mayor intento de reivindicación política, el fracaso de las insurrecciones trajeron consecuencias negativas para el movimiento patriótico, el cual se vio dividido. El desarrollo económico producido entre 1821 y 1846 trajo un gran número de proletarios industriales en el norte de Italia y la expansión de numerosas doctrinas e ideologías de todo tipo en cuanto a la integración nacional, desde los burgueses a los proletarios, desde los laicos a los ultra católicos. En 1847 las presiones populares lograron dos grandes concesiones, la creación del Consejo de Ministros y de los Cuerpos de la Guardia Cívica.

1846; la elección del Papa Pío IX abre un periodo de reformas en los estados pontificios.

1847; el Papa, el gran duque de Toscaza y el rey de Piamonte-Cerdeña crean la liga aduanera italiana.

1848; levantamientos anti-austriacos en Venecia y Milán, en Parma y Módena se constituyen gobiernos provisionales y en Florencia, Toscaza, Roma y Turín se proclaman constituciones, se provoca la guerra contra Austria de la cual los italianos salen derrotados.

1849; Ante la presión de los liberales el Papa abandona Roma y Mazzini proclama la república romana, los austriacos recuperan Venecia y los franceses toman Roma y restauran los estados pontificios.

Las Contiendas entre los Estados (1713-40)

Luego de la Paz de Utrecht y de 1713 en adelante los estados europeos habían enfrentado una sola gran cuestión, la preeminencia francesa. Por otro lado Pedro el Grande se enfrentó a la gobernancia de sus territorios anexionados en la Gran Guerra del Norte y luego se dedico a expandir su imperio hacia el oriente, en especial sobre Persia, las relaciones anglo-rusas mejoraron considerablemente luego de la paz y no sería hasta 1750-60 cuando Rusia comenzara a actuar como gran potencia, Gran Bretaña y Francia permanecían unidas contra los intereses españoles en Italia pero subsistía la promesa de estos a España de recibir Toscaza, Parma y Plasencia tras la muerte de sus gobernantes. España y Francia celebrarían un acuerdo que los llevaría a una guerra contra los Habsburgo, España recuperó Milán y Nápoles y Francia saldaría una cuestión arrastrada de la repartición polaca, pero esto nada tenía que ver con la alianza franco-inglesa de impedir un mayor dominio español en Italia, no obstante para 1733 Francia se encontraría cooperando con España más activamente de lo que lo estaría haciendo con Gran Bretaña, esta situación se originó en parte por la rivalidad preexistente entre ambas naciones y por la interpretación de un tratado celebrado sobre posesiones coloniales, conflictos en las colonias americanas que hostilizaban la relación bilateral de España con Inglaterra y donde Francia temía por una hegemonía inglesa, pero lo que evitó una declaración de guerra fue la sorpresiva invasión de Silecia por parte de Federico II, rey de Prusia (1740); de este modo se inicia una gran dinámica internacional marcada por la emergencia de Brandenburgo-Prusia como gran potencia a costas de los Habsburgo  y por la expansión del vasto imperio colonial británico a expensas de Francia. Gran Bretaña, tradicional aliada de los Habsburgo se encontraba en guerra con España, en la cual probablemente entraría Francia, Holanda, el otro aliado de Austria solo veía a la alianza como un instrumento contra los Borbones, circunstancias favorables para Federico II quien solo temía por la intervención rusa; España, codiciosa por más territorio Italiano se alía con Federico contra los Habsburgo, Sajonia pronto se unió a la alianza y a esta le siguió Francia, la cual tendría consecuencias desastrosas. Inglaterra acordó subsidiar el esfuerzo austriaco; en fin así se inició una confusa guerra que duró 7 años de la cual el pacto anglo-francés detendría las hostilidades debido a que las otras partes dependían de estas para la continuación de la guerra; la conclusión no fueron grandes cambios, en general se mantuvo la configuración preexistente, con la diferencia de que Silesia pasó a manos de Federico y de que Brandenburgo-Prusia se convertiría en una potencia europea; Austria entendería la inutilidad de los holandeses y de los británicos y reafirmaría sus territorios y su hostilidad hacia Brandenburgo-Prusia, esto causó la declaración a Francia de que estaría dispuesta a abandonar su alianza con Gran Bretaña en condiciones favorables, de este modo el tablero se reestructura con una alianza franco-austriaca y una anglo-rusa, de la cual Federico se anexionaría prometiendo la neutralidad alemana en la guerra anglo-francesa que ya se estaba desatando en las indias orientales, esto por miedo al verse odiado; Francia se sintió humillada y engañada por Federico y así las propuestas austriacas encontraron una calurosa acogida en Francia poniendo fin a la larga oposición entre Borbones y Habsburgos que tanto había marcado a la diplomacia europea durante los dos últimos siglos, Federico vio frustrada su estrategia con Inglaterra por la reacción francesa y por la alianza entre Austria y Rusia contra él, frente a esto decide atacar primero e invade Sajonia preventivamente, esto le causa lo que más quería evitar, la concertación de las alianzas en su contra y las anexiones de los estados pequeños del Sacro imperio, de Suecia. Por fortuna y gracias a una seria de acontecimientos Federico logra mantener el estado Prusiano y los esfuerzos austriacos se vieron fracasados mientras que Francia se concentraría en Inglaterra por lo que necesitaba reanudar sus fuerzas, del mismo modo que Rusia se retiraría. Gran Bretaña se establecía como potencia mundial en las contiendas de las indias orientales y en las disputas sobre Canadá, desplazando definitivamente a Francia, esto preocupó especialmente a España por miedo del avance británico hacia el sur de América lo que causó la alianza franco-española contra Inglaterra de la cual no se encontrarían frutos, la nueva posición de Gran Bretaña ya era innegable; a este conflicto se le conoce como la Guerra de los Siete Años que acabaría con la paz de 1763, luego de esta Gran Bretaña se aísla del continente, lo que es claro frente a su acomodada situación. Para 1768 se desencadenó la guerra entre Rusia y el Imperio Otomano principalmente por la creciente influencia rusa sobre Polonia, la cual había significado la quema de un pueblo turco, influencia que también veía con recelo Francia, ya que había perdido influencias ahí en manos de Rusia, sin embargo el éxito ruso sobre los turcos, apoyada esta por Inglaterra provocó reacciones en otros lugares de Europa, especialmente en Austria quien veía con preocupación la influencia rusa sobre sus arterias comerciales, así Austria se comprometió con los turcos para mantener la integridad de su imperio lo que terminó en una austeridad rusa al verse imposibilitada de mantener posesiones en el Danubio, por otro lado Federico ansioso de obtener parte de Polonia insta a Austria a una negociación con Rusia para la repartición de la cual sale beneficiada en tierras Rusia, en recursos Austria y geopolíticamente Prusia (1772). Rusia tras la guerra en oriente se aseguró una salida al Mar Negro, obteniendo libertad de navegación en ese mar, cuestión vedada celosamente por los turcos durante dos siglos, la influencia rusa crecía en los Balcanes y en el Cáucaso, amenazando la misma existencia del Imperio Turco Otomano. Por otro lado Gran Bretaña se interesó nuevamente por oriente al verse trastornada por la independencia norteamericana en la cual cooperó Francia como contraofensiva de la Guerra de los Siete Años, en 1779 España siguió el ejemplo francés con la esperanza frustrada de recuperar Gibraltar y en 1780 Inglaterra declara la guerra a Holanda por haber esta comerciado con las colonias rebeldes y por haberse unido a la liga contra los derechos marítimos ingleses; tras las hostilidades Inglaterra pierde Norteamérica pero se consolida como la gran potencia marítima, colonial e industrial del mundo, mientras que España se concentraría en lograr una paz beneficiosa con Inglaterra, Francia quedó desplazada de su anterior posición de preeminencia lo que no significó una decadencia de su imperio colonial; desde luego Rusia se vio como una nueva potencia, al igual que Brandenburgo-Pusia; Polonia quedo repartida, Austria enfrentada por los Balcanes con Rusia al igual que esta última con la revindicada Suecia y el decadente Imperio Otomano. Italia había pasado a ser una cuestión secundaria en comparación a los conflictos orientales y en ultramar.

Anderson, La Europa del Siglo XVIII

La Paz de 1713-14 firmada en Utrecht no dio comienzo a una nueva época, Francia a pesar de su derrota en la guerra de sucesión española seguía siendo la principal potencia(18 millones de personas), su diplomacia era la mejor organizada y la mejor informada de Europa, su influencia trascendía lo político para instalarse como el principal centro cultural de la época pero esto no significaba que no tenía defectos, su maquinaria de gobierno presentaba falencias, su heterogénea jurisdicción hacía imposible una administración unificada aunque la energía y el prestigio de Luis mantenía un dominio efectivo. Pera el final de su reinado ya se veía venir una crisis que se demuestra en la bancarrota de las finanzas en 1713, problemas que se arrastraron durante todo el siglo XVIII; su prestigio se había cimentado durante la mitad del siglo XVII, ya en decadencia, pero fuerte frente a la postrada España, su mayor rival de entonces, quien había sido objeto te la codicia de Gran Bretaña, los Habsburgo y Francia durante la guerra de sucesión, es verdad también que durante la guerra España modernizó su engorroso sistema de gobierno pasando de consejos a ministerios, logró acabar con la autonomía de Aragón y su indomable Cataluña, claro que esta mejora no sumaba frente a las pérdidas de Utrecht, la que le había quitado su imperio en Europa, así Nápoles, Milán, Cerdeña y los países bajos españoles pasaron a manos de los Habsburgo de Austria, Sicilia pasó a manos del duque de Saboya, Gran Bretaña se anexionó Gibraltar y la isla de Menorca; toda este reducción fue aparente ya que España quedó más firme que antes, logró mayor gobernabilidad y se encontró menos codiciada por sus enemigos y frente a menos conflictos. Inglaterra se encontraba para entonces como la tercera potencia europea y era la que presentaba un desarrollo más rápido, las guerras civiles del siglo anterior y la revolución de 1688 la habían transformado y hecho difícil de gobernar, para fines del XVII se había consolidado como la mayor potencia naval del mundo lo que le permitió una fuerte expansión de su comercio ultramarino y ahora con Menorca y Gibraltar se aseguraba como potencia mediterránea; otro pilar era su solidez financiera que le daba prestigio frente a sus revueltas. Un caso es el de la República Holandesa, con su estructura  política compleja y descentralizada, su desunión se acrecentaba por las enemistades encarnadas por las tendencias monárquicas de la Casa de Orange y por las fuerzas republicanas del patriciado urbano de Amsterdan, la muerte de Guillermo III de Orange marcó el inicio de un largo periodo de dominio republicano y una decadencia en la influencia internacional, de su industria, comercio y su poderío naval, que estaba lejano al inglés, aunque también seguía siendo el principal centre de los negocios financieros de Europa. Rusia, la potencia oriental más importante y recién llegada al escenario europeo y que con el tiempo llegaría a ser una gran potencia; Pedro el Grande adquirió una posición dominante en Polonia y una gran influencia  en la Alemania Septentrional y en el Báltico. Lamentablemente tenía profundas limitaciones, era un país pobre, subdesarrollado, desesperadamente falto de capital y de mano de obra capacitada  y con comunicaciones internas muy inadecuadas, a esto se sumaba la hostilidad de los conservadores religiosos que veían con recelo sus políticas de mayor presencia y de integración con la Europa occidental, pero Pedro logró introducir grandes cambios, logró un gran ejército y una marina que crecía rápidamente lo que le permitía negociar en igualdad con cualquier gobernante. La Europa sud-oriental seguía bajo el demonio del imperio Otomano, un estado heterogéneo y difícil de gobernar y que estaba en decadencia, sus fuerzas habían dejado de ser el terror que representaban para sus vecinos durante el siglo XVI, esto había quedado demostrado en la guerra frente a la vencedora Austria (1716), en el especto comercial continuaba como un mero proveedor de materias primas , comercio en manos de privilegiados extranjeros, en su mayoría franceses; la casta sacerdotal, ultra conservadora y monopolizadora de la educación se oponía rotundamente y con eficacia a toda innovación extranjera; la disminución del gobierno central aumentó da amenaza de destrucción de su difícil unidad política lo que llamó la atención de los gobiernos cristianos y alimentó sus ansias de reparto. Los territorios de los Habsburgo para 1713 no representaban un estado y se encontraban con pocas capacidades para competir en el escenario europeo, su sistema de dietas, su heterogeinedad nacional aumentada por sus éxitos diplomáticos y militares y su distintivo antagonismo entre sus organismos de gobierno obstaculizaban más aún las posibilidades de reforma; el título de Sacro Emperador Romano había sido mantenido ininterrumpidamente por la familia, titulo que teóricamente seguía siendo el más grande de Europa, pero el poder de la dinastía descansaba sobre sus dominios hereditarios en la Europa central; la mayor parte de los estados alemanes seguían acudiendo a él en busca de protección contra los ataques provenientes de fuera de los límites del Sacro imperio, por esto el emperador necesitaba ser militarmente fuerte pero sus territorios, en su mayoría, eran pobres y atrasados acentuaban la imposibilidad ya administrativa de recaudar recursos ; de todas formas eran una monarquía poderosa aunque arcaica y no desarrollada. Suecia había sido destruida por Rusia durante la guerra de 1700-21, la paz le permitió conservar Finlandia y una porción de Pomerania, pero ya no era más que un estado de segunda; luego de la muerte de Carlos XII (1718) se promulgó una constitución que limitaba rotundamente los absolutos poderes de la monarquía. La reforma y la Guerra de los Treinta Años, las intromisiones extranjeras, en especial de Francia, completaron la desintegración del Sacro Imperio, la cual llevaba siglos en proceso; los grandes estados alemanes (Sajonia, Baviera, Brandenburgo-Prusia y el Palatinado) ya podían desconocer la autoridad imperial, pero los mismos se encontraban al margen de los repartos coloniales y de los beneficios del expandido comercio internacional. Brandenburgo-Prusia se encaminaba a ser el más grande estado alemán, este para 1780-90 era un conglomerado de unidades políticas que alcanzó un significativo desarrollo administrativo el cual contrastaba con el colapso polaco, donde el poder de veto impedía le deliberación administrativa sumado al deterioro que había significado la Gran Guerra del Norte desarrollada en su territorio, esto para 1717 significó el fin del estado habiendo sido presa de sus vecinos más poderosos. Italia era otro foco de debilidad y división aunque no comparada con Alemania y la caótica Polonia, el estado Papal, mal gobernado durante generaciones era una de las partes más pobres y atrasadas de Italia, la figura del Papa era cada vez menos capaz de influir sobre las políticas europeas. En suma para el siglo XVIII encontramos una Europa totalmente asimétrica en poder y recursos, totalmente heterogénea, donde Francia era sin duda el estado mas grande de todos, le sigue Gran Bretaña y Rusia, luego la Austria de los Habsburgo y en ascenso los seudo estados alemanes seguidos por una serie de estados medianos con cierta influencia como lo eran Suecia y Holanda. El sistema europeo consistía en una serie de equilibrios parciales y locales que poco a poco se veían inmersos en uno mas grande que incluía las colonias americanas y las colocaba como un ingrediente importante y capaz de romper el equilibrio, aunque esto era solo una conjetura ya que faltaría aún más para encontrarnos con una política atlántica mas activa y aún más para una política mundial, Europa seguía manteniendo un sistema tradicional de gobierno el que favorecía la descentralización apoyada por las malas comunicaciones.

Época de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648)

Durante el siglo XVII España perdió su hegemonía sobre Europa, la cual había logrado mediante la recaudación de la conquista, esta decadencia ocurrió debido a diversos factores, dentro de los cuales figuran el hecho de que la riqueza que fluía de ultramar hacia España no permitió un enriquecimiento permanente, otro es la expulsión de los moriscos decretada por Felipe III, ocasionando una pérdida de militares e industriales diestros y el carácter y la escasa capacidad de la monarquía durante este siglo; otro rasgo a tener en cuenta que la monarquía no constituía un estado en extremo centralizado, más aún eran territorios muy distantes y muy distintos unos de otros. Los reinos de España y de Austria eran de cierto modo una sola dinastía, la de los Habsburgo, en principio reyes hermanos y luego reyes primos; vínculos que llevaron a España a sacrificarse por Austria durante esta guerra que terminaría con el definitivo fin de la preeminencia Española.

La guerra tiene dos grandes causas que descansan en la paz de 1555, la primera es que no se respetó la prohibición estipulada por esta en cuanto a la secularización de la propiedad eclesiástica y segundo que la misma no reconoce a los calvinistas, quienes exigían igualdad jurídica al haber ganado importancia y adhesión en Alemania, en comparación a los católicos y luteranos que sí habían sido reconocidos, de este modo se hacía imprescindible revisar el Tratado, así se formó una liga de los príncipes católicos, quienes ambiciosos deseaban incluso recuperar lo que ya habían perdido, del otro lado, la unión protestante proclamó el destronamiento de los Habsburgo en Bohemia y la elección como rey de Federico, el Elector palatino Calvinista, de este modo se inicia la guerra, en la cual Austria y España son una en conjunto con los príncipes católicos y en donde Federico contaba con la ayuda de su suegro Jacobo I de Inglaterra y de los príncipes luteranos de la Alemania del norte, lamentablemente no tuvo el apoyo de ninguna de estas partes. De este primer enfrentamiento salió victorioso el Imperio (1620), el culto protestante volvió a ser prohibido en Bohemia y España ocupó el centro del escenario europeo, lo que le permitió avanzar sobre Holanda, donde la toma de la ciudad de Breda representó la cúspide del Imperio ya que a esta se le opusieron fracasadamente Inglaterra y Francia, esto produjo el rompimiento del equilibrio entre protestantes y católicos en toda Europa, situación que motivó la invasión de Alemania por parte de Cristian IV, Rey de Dinamarca y Noruega, apoyado por el financiamiento inglés y por múltiples príncipes alemanes tanto calvinistas como luteranos, de este modo se inicia la segunda fase de la guerra, resultando la expulsión de los daneses y los estados luteranos a merced de la liga católica (1626), la cual permitió la devolución a la Iglesia de todas las propiedades que habían sido secularizadas en la paz de 1555, esto alarmó a los príncipes luteranos, en especial a su mayor potencia, la Suecia de Gustavo Adolfo quien en 1631 logro una primera victoria para el frente protestante seguida de otras que terminaron con la paz de Praga en 1635 a favor del imperio a cambió de unas cuantas concesiones, el imperio ya estaba agotado; lamentablemente la política de Francia desquebrajaría la paz con el objetivo de arrancarle Alsacia al Sacro Imperio Romano, así iniciamos la ultima fase o fase francesa de la guerra, en la cual ya para 1640 los Habsburgo veían descomponerse su imperio dinástico, ataques y revueltas por todos sus dominios , Portugal, Nápoles y Cataluña se revindicaban, las represiones exitosas contra estos dos últimos dejaron sin fuerzas el ya agotado Imperio, no pudiendo recuperar Portugal ni progresar frente a Holanda y Francia se perdió el prestigio de la infantería española y conllevó a la destrucción definitiva de la estructura imperial plasmada en la paz de Westfalia, mediante el cual cada príncipe quedaba investido de autoridad soberana para hacer la guerra y la paz e instaurar su propia religión dentro de su territorio, Francia obtuvo Alsacia, Suecia obtuvo parte de Pomerania, el Imperio se divide y pasan a ser electorados, Suiza y Holanda pasan a ser estados libres e independientes, se estipuló la igualdad jurídica para los luteranos y calvinistas, los territorios de la iglesia pertenecen a las coronas correspondientes y tanto católicos como protestantes debían formar parte de los tribunales imperiales. De este modo se pone fin a la guerra de religión por la que se crea la vida moderna, claro que tras la religión estaban los intereses de dos dinastías opuestas, los Habsburgo y los Borbón y que como resultado se estructuró el moderno sistema político europeo basado en la igualdad jurídica de los estados, el principio del derecho internacional moderno y la necesidad de regímenes internacionales para la protección de civiles en tiempos de guerra; marcó también el fin de la hegemonía española en manos de Francia.

Las OI´s en la práctica internacional

Desde una perspectiva realista las OI´s no han significado una delegación de prerrogativas que son competencia de los estados soberanos, ya que en última instancia son estos los que las crean y quienes pueden terminarlas, así como decidir actuar o no en consecuencia a lo que estas resuelven. En el liberalismo o neo-liberalismo institucional en cambio se exalta el hecho de que en ciertas OI´s se han plasmado regímenes que van más allá de la competencia de los estados y que han puesto en jaque al tradicional principio de soberanía, original de la Paz de Westfalia y constitutivo del sistema internacional anárquico o para algunos moderno. Este sería el caso de los Derechos Humanos, los cuales cuentan con instancias jurisdiccionales internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Definición y clasificación de las Organizaciones Internacionales

Las OI´s (Organizaciones Internacionales) son por definición intergubernamentales aunque se ha extendido su uso para organizaciones no gubernamentales pero también presentes en distintas naciones. Un ejemplo de estas últimas pueden ser ONG´s internacionales como lo son Amnistía Internacional o Médicos Sin Fronteras.



Clasificamos a las OI´s por sus fines, sus composiciones y sus competencias. De este modo están las con fines generales, es decir que tratan variados temas, como lo es la O.N.U. y otras con fines específicos como lo es el F.M.I.



Las OI´s clasificadas por su composición varían según si sus partes están limitadas a solo estados o a si en sus constituciones permiten la membrecía de otras entidades distintas a los estados como pueden ser O.N.G.´s o incluso hasta individuos. La O.I.T. por ejemplo convoca a gobiernos, empleadores y trabajadores. Cuando se habla de composición también se hace referencia a si sus partes están limitadas o no geográficamente. La O.E.A. por ejemplo tiene su composición limitada en cuanto a que sus partes solo pueden ser estados americanos. La O.M.S. en cambio está abierta a todos los estados del mundo.



Cuando las OI´s están clasificadas por sus competencias hacemos alusión al poder que estas ostentan. Poder establecido por sus constituyentes de manera positiva u obtenido gracias a la práctica de los actores. En este sentido tenemos OI´s de carácter supranacional y con poder independiente al de sus miembros, como lo puede ser la Corte Internacional de Justicia, la cual, y para quienes aprobaron su estatuto y declararon su competencia, dicta sentencias obligatorias e inapelables. En cambio otras como la C.S.N. no cuentan con una capacidad independiente a la de sus miembros para la toma de decisiones y son una instancia institucionalizada para el debate, el consenso y la creación de acuerdos de constitución institucional y de cooperación en distintas materias, pero las cuales no tienen la capacidad de obligar a sus miembros.

Problema, crítica y réplica. Debate modernidad-postmodernidad

En el pensamiento contemporáneo existe una controversia en cuanto a la clasificación de las épocas históricas, unos más escépticos incluso advierten sobre la arbitrariedad de estas clasificaciones y sobre la imposibilidad de entender al proceso histórico de la humanidad encuadrándolo en estadios independientes y diferenciables. Estos advierten también sobre la subjetividad y relatividad de estas conceptualizaciones, ya que las mismas han cambiado según el consenso entre los pensadores e historiadores y las cuales, en nuestro caso, corresponden a una vivencia y cosmovisión particular del mundo, como lo es la cultura occidental.



Insertándonos en el debate occidental encontramos dos posiciones más o menos dominantes. Una afirma que estamos en presencia de la modernidad. La otra sostiene que la modernidad ha sido trascendida y nos encontramos en un momento posterior a esta o postmoderno. Los primeros parten de una definición de modernidad hija del renacimiento, de la ilustración y de la progresiva independencia entre estado y religión. Los otros parten denunciando que la modernidad es un pensamiento hijo de una cultura y un tiempo histórico particular. Apelan a las distintas formas de interpretar y vivir la historia, las cuales dicen dependen de cada cultura, de cada generación, o incluso cada individuo. Dicen también que la modernidad ha sido más una aspiración particular que un estado de hechos. De este modo cuestionan las bases modernas como lo son la libertad individual, la objetividad de la ciencia y del pensamiento, la posibilidad de fundar el conocimiento y la conducta humana en una razón independiente de dogmas o creencias originados estos por la innegable tradición y costumbre. Los más radicales acusan a la modernidad no solo de etnocéntrica y abstracta, también de imperialista y sostenedora del sistema capitalista.



Desde el lado moderno se ha interpretado una reformulación de la primera modernidad, se ha repetido que el ser moderno no ha dejado de ser quien busca la verdad y quien acepta la razón como máximo tribunal, motivo por el cual se han incluido las críticas provenientes del postmodernismo de modo que a la modernidad ya no se la entiende como un único discurso universalmente establecido, sino que es el momento en el que los discursos se multiplican producto de la libertad y la búsqueda de la verdad, la cual ahora se entiende de modo falible o hipotético. Se ha entendido que el conocimiento más que tener una base objetiva su fundamento es un legítimo acuerdo intersubjetivo, que la libertad individual es también libertad colectiva y que los fines como la emancipación, la igual libertad y la autonomía de la persona se mantienen vivos. De este modo los modernos contestatarios definen a la modernidad como un tiempo en el que se comienzan a dejar atrás los dogmas y prejuicios, la violencia y todas las formas de dominación. No como un tiempo en el que estos ideales han sido alcanzados, como dicen algunos conservadores que se llaman ellos mismos como modernos o liberales, y como denuncian los postmodernos diciendo que la modernidad es un discurso irreal. La modernidad entonces sería un proceso en el cual estamos inmersos y el cual construye, pero no ha concluido sus cometidos.

Nacimiento del Estado Moderno

El estado moderno nace de varias instancias. Tras las Guerras de Religión hacia 1648 nace su soberanía e independencia de la religión. Instancia en donde el monarca concentró el poder. El estado constitucional surge en parte del llamado despotismo ilustrado y en parte de las revueltas liberal-nacionalistas y de la descomposición de los regímenes imperiales. Procesos estos asociados con el ascenso de la burguesía al poder político. El estado democrático y constitucional de derecho nace con la revolución francesa y con la revolución americana. Instancias que cierran los últimos vestigios del antiguo régimen y ponen al pueblo como el soberano, o en una lectura más realista significaron el triunfo de la burguesía sobre las monarquías. Actualmente nos encontramos en un escenario de globalización en donde el estado ha comenzado a perder sus preeminencias y facultades

Tipos legítimos de dominación desarrollados por Max Weber

Weber habla de tres formas de dominación legítima. Una es la tradicional, otra es la carismática y finalmente está la legal, que es la que corresponde al estado moderno. A la primera corresponden las costumbres, dogmas y el poder patriarcal, a la segunda corresponden las cualidades sobrenaturales del caudillo y su capacidad emotiva, mientras que a la última le corresponde la ley y su racionalidad. No olvidemos que estos modos de dominación no se presentan puros en la realidad, ya que el mismo autor dice que sirven para el análisis y la comprensión porque son tipos puros ideales. Recordemos también que para el autor el poder debe ser legítimo, de lo contrario no puede ser reconocido como poder. Esto lo pone en un punto medio entre la teoría realista y la liberal o utilitarista como lo han llamado muchos.

La ciencia política como disciplina científica y el fin de la política como práctica social

La ciencia política es la disciplina que tiene por objeto el estudio del poder. Al poder se lo entiende de un modo general como la capacidad que tiene A de influir en B para hacer que B haga lo que A le pide. Esto es también el poder como capacidad de movilizar recursos. Dependiendo de la teoría política es la forma en la que se van a entender esos recursos y esas estrategias para movilizarlos. Algunas, las más realistas apelan a que el poder es ostentado en última instancia por quienes se encuentran en una posición de privilegio en cuanto a la distribución de fuerzas coactivas. Otras en cambio, podríamos decir que más liberales y contemporáneas sostienen que el poder está dado más por quiénes manejan mayor información, conocimiento y pueden hacer un uso más persuasivo y publicitario del discurso que por quienes ostentan mayor fuerza coercitiva.



La política como práctica social persigue fines, dentro de los cuales destaca el fin mismo del estado, el cual debe ser el bien común, el cual está intrínsecamente asociado al fin de la violencia aunque desde una perspectiva más realista mientras exista la política existirá la violencia.

El materialismo de Marx

Testigo de la primera gran crisis del capitalismo, hijo de la primera revolución industrial y de las revueltas emancipadoras europeas. Su crítica fue producida con la participación de Engels y se centro principalmente en la filosofía, en la política y en la económica. Tomando la dialéctica de Hegel intenta explicar la relación histórica y material entre capital y trabajo, identificando una clase proletaria alienada del producto de su esfuerzo, es decir de su humanidad, la misma que lo hace falsamente conciente por impedirle la modificación de su realidad. Del lado opuesto identifica una clase burguesa, dueña de los medios de producción, la que se apropia del producto del trabajo proletario e impone la falsa ideología por medio del estado. Solo una necesaria revolución que lleve al proletariado al poder puede romper con la alienación para luego romper con el estado burgués y alcanzar una síntesis o comunión fraternal basada en la igual libertad humana.